-------------------------------------------------------------------
CapĂtulo 2: Preguntas y respuestas
-¿DĂłnde estoy?
Veo a mĂ alrededor y parece una escuela.
-¿Que hago yo aquĂ?
Volteo en contra de mi voluntad y veo a alguien al lado mĂo hablándome pero no le escucho.
-¿Pero quĂ© sucede porque no escucho nada?
Me percato que estoy moviendo la boca pero tampoco escucho le que estoy diciendo.
-¿QuĂ© es esto tan confuso?, estoy moviendo la boca pero no escucho mis palabras.
A lo lejos veo a una niña menor que yo acercándose hacia mĂ, esta se pone al lado mĂo y empieza a hablar pero de igual manera no escucho sus palabras-
-Joder, ya nada tiene sentido.
El sujeto al lado mĂo se levanta y empieza a caminar despuĂ©s la chica lo sigue, despuĂ©s este voltea y dice.
-ApĂşrate SaĂmon que ya es tarde.
-¿SaĂmon? ¿Ese es mi nombre? espera ¿A dĂłnde te diriges? por favor dime quien soy.
Trato de perseguirlo pero todo se empieza a tornar oscuro, de repente me doy cuenta que estoy en un cuarto.
-¿Pero quĂ© demonios? ¿Un recuerdo? ¿QuiĂ©nes eran esos?
Trato de moverme pero me doy cuenta que algo me lo impide.
-Carajo ¿Otra vez amarrado? no puedo despertar sin estar amarrado o quĂ©?
Empiezo a sacudirme como loco tratando de liberarme, pero alguien entra y me apunta con un arma en la frente.
-Maldita sea sabĂa que era imposible que alguien saliera ileso de ese infierno.
-Espera, cálmate, hablemos de esto civilizadamente.
-¿Estas vivo?
-Pues claro que estoy vivo, no me estarĂa moviendo de no ser asĂ.
-Entonces vez y dile eso las cosas que te estaban persiguiendo amigo.
-Coño no me lo recuerdes.
Miro atentamente a la chica que parece ser de unos diecinueve o Veinte años, con estatura promedio, un largo y sedoso cabello pelirrojo, ojos azules como el mar, y vestida con un traje del ejĂ©rcito que traĂa la bandera de Francia bordad en un lado-.
-Todo tu encanto lo mata ese traje de soldado que traes puesto.
Me agarra de la camisa totalmente enfadada.
-Otra broma como esas y te dejo de nuevo donde esos infectados.
-Bueno ya cálmate niña, era solo una observación, no tienes por qué molestarte.
Me suelta.
-Ya que estamos un poco más calmados porque no me dices quien eres.
-Está bien, me llamo Escárlet y soy parte de una brigada de fuerzas especiales envidas desde Francia para encontrar al cientĂfico llamado Denier.
-Enviada desde Francia dices, entonces donde nos encontramos en este momento?
-Pero que preguntas estamos en nueva york, es que quedaste estúpido del cansancio o qué?.
-Si te soy sincero el problema no es que este estĂşpido, sino que simplemente no tengo ningĂşn recuerdo.
-¿Me estas jodiendo?, este no es el momento de que hagas este tipo de bromas estĂşpidas.
-No estoy bromeando amiga, desperté de repente en un hospital amarrado a un tubo y sin ningún recuerdo.
Me mira muy seriamente.
-SĂ© que tal vez no me creas pero es la verdad.
-Esto simplemente no puede ser, quien es tan estĂşpido como para perder todos sus recuerdos en medio de este apocalipsis.
-Pues al parecer yo, bueno mi anterior yo.
-Con un demonio, te salve porque creĂ que me serias de ayuda para cuando llegara a San francisco.
-¿A san francisco?, para quĂ© demonios quieres ir a un lugar que queda a cuatro mil seiscientos setenta y cinco kilĂłmetros de aquĂ.
-Parece que sabes muy bien la distancia que hay de aquà a allá.
-Que te puedo decir lo que se aprende bien se queda aĂşn sin recuerdos.
-Entonces dime, siquiera puedes tomar un arma?
-¿Te parece que seguirá vivo de no ser asĂ?, además si no es mucha molestia me podrĂas desamarrar ya?
-Oh lo siento, se me habĂa olvidado.
-¿Y para que me amarraste en primer lugar?.
-Estabas siendo seguido por esas cosas y pensĂ© que te podĂa haber mordido y no quise arriesgarme, además de que los ojos rojos que tienes igual que esas cosas no ayudaron mucho.
Saca su cuchillo y corta las cuerdas.
-Gracias me empezaban a doler las manos.
-No hay de que compañero.
-Bueno y retomando nuestra platica anterior, no me parece que Denier sea un nombre muy americano.
-No porque Ă©l es un cientĂfico de la divisiĂłn francesa.
-¿Y porque se encuentra en san francisco?
-Cuando el virus inicio, Ă©l se ofreciĂł como voluntario a encontrar la cura, pero se necesitaba una muestra del primer paciente que mostro tener esta enfermedad, por lo cual se dirigiĂł a san francisco donde habĂa iniciado el brote del virus.
-¿Porque carajos decidieron ir a ese lugar, si era obviamente el lugar con más infectados?
-En ese momento todavĂa no se expandĂa mucho el virus, por lo cual se pensĂł que se podrĂa aislar y erradicar rápidamente.
-Y déjame adivinar , no salió como lo esperaban verdad?.
-No, y además se perdieron la vida de muchos cientĂficos importantes para la investigaciĂłn.
-Y porque irĂan a rescatarlo, sin es evidente que para este punto eso tipo ya está muerto, o al menos como una de esas cosas.
-Es lo que todos creerĂan, pero hace un par de dĂas llego una transmisiĂłn de auxilio de su parte, y ya que Ă©l era uno de los cientĂficos importantes se llevĂł a cabo un plan para su recuperaciĂłn.
-Y de nuevo este no saliĂł bien ¿me equivoco?.
-Es como te lo imaginas apenas desembarcamos nos vimos rodeados por esas cosas y fui la única que sobrevivió, además de que me vi forzada a encerrarme en este lugar para que no me atraparan.
-Y si es asĂ porque fuiste a salvarme?
-Escuche un gran alboroto y pensé en la pequeña posibilidad de que alguno de mis otros compañeros se las ingeniara para escapar, pero parece que no.
-Bueno y donde se supone que estamos encerrados?
-Estamos en una base militar americana, aunque parece que nunca se llegó a usar ya que se encontraba todo prácticamente nuevo cuando llegue.
-Dices que fuiste enviada desde Francia verdad?, eso quiere decir que la infecciĂłn aĂşn no ha llegado hasta ese lugar verdad?.
-Exactamente, pero no solo Francia, Italia y España también siguen resistiendo entre otros.
-Por el momento eso me basta para quedar más o menos al tanto de lo que sucede, asĂ que dĂ©jame resumir todo lo que me dijiste, planeas cruzar un paĂs entero, pero no un paĂs cualquiera uno en el que se iniciĂł toda esta pandemia, para rescatar a un cientĂfico posiblemente muerto, que se encuentra en el epicentro de todo lo que está sucediendo ahora, y ver si con suerte consiguen crear una cura para esto, dĂ©jame decirte que eso simplemente suena a suicidio.
-Di lo que quieras, pero si existe al menos la más mĂnima posibilidad de acabar con esto bien valdrá la pena este sacrificio.
-Bueno dejando eso de lado ¿porque no simplemente no fueron directo a san francisco?
-No nos podĂamos dar el lujo de gastar muchos recursos, puesto que aĂşn continĂşan resistiendo como te dije y se tiene que gastar lo mĂnimo posible.
-Bueno y cuál es el plan para que lleguemos a san francisco?.
-Espera quieres decir que…
-Exactamente te ayudare a hacer lo que tengas que hacer y solo te pido una cosa a cambio.
-¿Y quĂ© es lo que quieres?
-Solo una cosa, que me ayudes a recuperar mis recuerdos.
-¿Sabes que yo no puedo hacer nada al respecto verdad?
-Lo sé, pero me sirve de pretexto para no dejarte a un lado.
-Ya entiendo tratas de hacerte el hombre fuerte.
-No es eso.
-¿Entonces quĂ© es?
-Mira, no tengo ningún recuerdo, no sé quién soy ni de dónde vengo, pero si se una cosa, desperté en un mundo que se está viniendo abajo y tu estas tratando sola de restaurarlo, no sé cuáles sean tus razones para hacerlo o que es lo que te impulsa, pero no puedo dejarte ir sola, no sé si tengo a donde ir o a donde regresar pero al menos puedo ayudarte en esta locura que estas por hacer.
Me mira con el ceño fruncido.
-Está bien no te detendré.
-Bueno y como dije antes ¿cuál es e l plan?
-El plan es viajar a san francisco, llegar y volarle los sesos a todo lo que nos retenga, rescatar a el cientĂfico, tomar algĂşn helicĂłptero para regresar aquĂ más rápido, subirnos al barco que nos llevara de regreso a Francia y esperar a sinteticen una cura para que todo esto acabe, alguna duda?.
-Solo una ¿quĂ© pasa con las armas y la municiĂłn?
-Ese es el único problema, después de rescatarte no me quedo mucha munición y no puedo entrar a la bodega de armas del lugar porque se necesita una especie de llave electrónica.
-Si se trata de eso llévame a donde la bodega y veré que puedo hacer.
Salimos del cuarto y nos ponemos en camino a la bodega de armas.
-Por cierto olvide preguntarte, sé que no recuerdas nada pero, que hay con tu nombre?
-No estoy muy seguro pero creo que es SaĂmon.
-Muy bien pues encantada de conocerte SaĂmon.
-El gusto es todo mĂo Escárlet.
Nos estrechamos las manos y seguimos caminando hasta llegar a la bodega.
-AquĂ estamos, esta es la bodega y esa la cerradura electrĂłnica que te decĂa.
-DĂ©jame ver… creo que ya lo tengo, Escárlet prĂ©stame tu arma.
-¿Para que la necesitas?
-Tu solo hazme caso.
Me da su arma aun con duda y entonces le apunto a la cerradura y le disparo.
-Pero que has hecho idiota ahora es prácticamente imposible abrir la bodega.
-TĂş solo calla y mira.
Me dirijo a la puerta y la abro.
-Pero quĂ© demonios no podĂa ser tan fácil, llevo tres malditos dĂas tratando de descifrar esa cerradura y tĂş solo con volarla abriste la puerta.
-Y dime se te ocurriĂł tratar de abrir la puerta antes de ponerte a jugar con esa cerradura.
-No pues al verla deduje que estarĂa cerrada.
-Pues no lo estaba, nunca lo estuvo.
-Espera que tratas de decir con eso.
-Tu dijiste que parecĂa que este lugar nunca se usĂł puesto que todo estaba como nuevo, eso quiere decir que tampoco se llegĂł a poner la cerradura y la puerta estuvo abierta todo el tiempo mientras jugabas con la cerradura.
-¿Entonces para quĂ© demonios volaste la cerradura?.
-Para que no se pudiera llagar a cerrar, porque si se cierra esta puerta ahora si estarĂa muy difĂcil abrirla, además de que tenĂa ganas de romperla.
-Eres un maldito loco.
-Y me lo dice alguien con un plan suicida.
-Cállate que me queme la cabeza como abrir esa mierda y un idiota sin memoria viene y me dice que siempre estuvo abierta.
-No es mi culpa que no se te ocurriera abrir la puerta.
-Mejor cállate y entremos.
Entramos y vemos armas de todo tipo en ese lugar, después volteo a ver a Escárlet que tiene una ligera sonrisa en el rostro.
-Esto nos servirá de mucho, pero ahora el problema es que todo esto no cabra en mi auto.
-No creo que ese sea un problema.
Quito una sábana gigante y debajo de ella se encontraba un gran tráiler modificado.
-Genial yo no sé conducir esa cosa y tú?
Me acerco y entro a la cabina del piloto.
-Creo que sĂ, pero el problema es que no tiene gasolina.
-No hay problema, le sacamos la gasolina a mi auto y se la ponemos a este.
-Hay dos problemas con eso, uno, lo que trae tu auto no alcanzarĂa para llegar a san francisco en esta cosa ni siquiera para dejar la ciudad, y dos, aunque de milagro tuviera suficiente gasolina esta no nos servirĂa puesto que estos tráileres utilizan diesel y no gasolina comĂşn como la de tu auto.
-¿Estoces que sugieres?
-DeberĂa de haber una bomba de gasolina para esta cosa por algĂşn lugar en esta base.
-Está bien tu busca la dichosa bomba de gasolina mientras yo cargo las armas.
-Aye sir.
-Que fue eso?
-Ni idea solo se me escapo.
Salgo de la habitaciĂłn y me pongo a buscar por todo el lugar hasta que veo algo que llama mi atenciĂłn.
-Pero quĂ© extraño, nunca me imaginĂ© que encontrarĂa una cruz en una base militar, aunque esta es un poco rara ya que tiene lo que parece ser algo con forma de gota de color rojo.
De repente me viene un flash a la mente.
-¿QuĂ© demonios es este mal presentimiento? bah por ahora no importa será mejor que encuentre la bomba de gasolina si no quiero tener un tiro en la cabeza por parte de Escárlet.
Sigo buscado hasta que finalmente me encuentro la bomba de gasolina y unos botes para llevarla al tráiler, rato después de terminar todos me dirijo donde esta Escárlet.
-Ya está todo listo, el tráiler está cargado y podemos partir en cualquier momento.
-Bien hecho ahora solo debemos comer y descansar para partir por la mañana.
Salimos de la bodega y nos dirigimos a una cocina.
-Valla pero qué bonito lugar, enserio esta era una base militar?
-Que importa si lo es o no, me ayudo a sobrevivir asĂ que da lo mismo.
Veo que se recoge el cabello y empieza a sacar ingredientes.
-¿Que estás haciendo?
-¿Pues que parece? es la cena.
Al poco rato me sirve un plato que fui capaz de reconocer.
-Je, ¿Pero que tenemos aquĂ?, esto me recuerda al de la pelĂcula de la rata cocinera.
-Cállate y comételo, aunque quizás no sepa muy bien te ayudara a recuperar fuerzas.
Lo pruebo y me quedo si habla.
-Esto esta jodidamente delicioso.
La miro con una sonrisa en el rostro y ella solo aparte la mirada sonrojada y se pone a comer.
-Mentiroso esto quedo salado.
-¿Te parece? a mĂ me gustĂł mucho.
Terminamos de comer, recogemos todo y me voy a acostar al cuarto en que desperté.
-Bueno este ha sido un mejor dĂa que ayer, pero no logro sacarme de mi mente este mal presentimiento, lo mejor será descansar un como mañana será un dĂa difĂcil.
0 comentarios:
Publicar un comentario