El Punto Muerto Capitulo 3



Hola amigos aquí les dejo el capitulo de esta semana, espero les guste.


Nota; a partir de este capitulo quiero mencionar que pongan más atención con las fechas para evitar confundirse en algunos momentos de la historia.




Capitulo III

"Ambición"

T
odos los humanos presumen sin cansancio que son la raza más evolucionada que habita este planeta. ¿Qué tan sobrevalorado estamos los seres humanos? ¿En realidad cuanto valemos?
Los humanos somos seres capaces de engañar, traicionar, asesinar por nuestro propio bienestar. Siempre ocultamos nuestras verdaderas intenciones detrás de palabras hipócritas. ¿Y que sucede si al final de todo nuestra especia fue destinada a la autodestrucción? Desde la antigüedad cientos de guerras han sido desatadas con el único fin de probarle al mundo lo superiores que eran ante los demás.

Ahora no tengo nada que ofrecer al mundo, más que estas simples palabras. No teman a nadie, luchen por lo que crean correcto aunque sus ideales sean incorrectos, después de todo muchos tratan de hacer prevalecer lo que ellos llaman incorrectamente justicia, pero ¿En realidad es correcta y justa? ¿Por qué no simplemente toman la justicia con sus propias manos? ¿Eso te convierte en malo? Que puedes perder si ya te quitaron todo, tu libertad, tu orgullo, tu esperanza.
Muchos hombres se han aburrido del monopolio mundial, se han revelado contra el mundo desatando guerras y trayendo consigo muertes. ¿Porque tacharlos de malos? Ellos simplemente se aburrieron de la injusticia en la sociedad. ¿Por qué detestar a los hombres valientes que dijeron lo que pensaban? ¿Los odian por asesinar personas? Si no sacrificas peones jamás llegaras al rey.



Algún lugar en el océano.

28 de noviembre del 2026. 07:00 am.
Han pasado tres días desde que Japón desapareció completamente del mapa, nadie conoce quién fue el responsable. Todos los países empiezan sus investigaciones intentando encontrar el culpable de aquel ataque tan potente. El mundo esta en pánico, todos los países están en alerta roja, la seguridad en todo el mundo ha aumentado.

—Jovencito despierta ¿Sigues vivo?

Dimitri abrió lentamente los ojos después de haber dormido por varios días. Los rayos del sol entraban por una ventana del lado derecho de la habitación los cuales apuntaban hacia su rostro. Frente a él se encontraba un anciano que llevaba puesto un sombrero de paja. Estaban en una cabaña de madera.

— ¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy? –Dimitri aún estaba desorientado, después de todo lo último que recuerda es aquella explosión.

—Mi nombre es henzai zuru soy pescador, vivía en Japón. Estaba en el mar cuando observé a lo lejos una gran explosión, regresé con mi barco lo más rápido que me fue posible, sin embargo fue demasiado tarde. –El anciano dejó caer una lágrima, se quitó el sombrero como símbolo de respeto para los fallecidos.

—Gracias por salvarme ¿Dónde estamos? ¿Cómo logró encontrarme?

—Te encontré flotando en el mar mientras buscaba algún sobreviviente. Te recogí de inmediato. Después de navegar por más de veinticuatro horas encontré esta isla desierta. La busque en todos los mapas que poseo, tal parece que es una isla virgen ya que no aparece en ninguno de ellos. Han pasado casi tres días desde que te encontré, ya me estaba preocupando, pensé que no despertarías. El anciano sonrió amablemente al joven, parecía aliviado.

Sin decir más, Dimitri se levantó lentamente de la cama, aún no se había recuperado de sus heridas causadas por el cáliz. Camino lentamente y con dificultad hacia la puerta de la cabaña para observar la playa, las palmeras y el gran océano frente a él. Aquel anciano estaba diciendo la verdad sobre la isla.

— ¿Belzebuth, estas bien? ¿Conoces nuestra ubicación actual?

—No importa donde estemos, eres un maldito estúpido. Destruiste por completo Japón, has asesinado al demonio que se encontraba ahí. Despídete de tus recuerdos. –Belzebuth estaba molesto, pero tenía razón. Dimitri ha perdido la oportunidad de recuperar sus recuerdos.

Dimitri camino hacia la playa mientras la brisa le acariciaba el rostro. Cerró los ojos dejándose llevar por la calma y tranquilidad del lugar.

—No te preocupes por esas pequeñeces, he podido recordar muchas cosas. Nada esta perdido, estoy seguro que lograré recordar más cosas de mi pasado durante el juego. Espero…

Belzebuth estaba sorprendido por la actitud tan relajada del chico. Era diferente. El Dimitri que conocía estaba desesperado por conocer más de su pasado, pero ahora todo eso parecía no importarle.

—Si esa es tu decisión está bien. Ahora que ya no existe ese demonio que nos ayudaría a recuperar tus recuerdos deberíamos buscar por nuestra cuenta los tesoros faltantes. Debería ser todo más fácil ahora que tienes el poder del cáliz. –Belzebuth se había tranquilizado. 

— ¿El poder del cáliz? Creí que se había destruido con la explosión. Además aunque quisiera poder usar de nuevo el poder, no es como volver a despertarlo. De hecho no se si aún existe tal poder dentro de mí. –Dimitri se acostó bajo la sombra de las palmeras mientras admiraba aquel cielo azul despejado de nubes.

Se escucharon pasos detrás del chico, al girar observó al anciano que se acercaba lentamente hacia él. En su mano derecha sostenía un collar con un colgante en forma de cruz invertida de color dorado. El anciano lo miró a los ojos mientras le sonreía amablemente.

—El poder del cáliz aún existe en el mundo ¿Quieres volver a usar dicho poder?

Dimitri estaba confundido por las palabras del anciano. Se apoyo de la palmera para colocarse nuevamente de pie.

— ¿Cómo conoces el cáliz? ¿Has visto mi pelea en Tokio? Creí que habías dicho que estabas en el mar cuando sucedió la explosión.

El anciano extendió su mano entregándole el collar.

—Toma este collar, es tuyo. Lo traías puesto cuando te rescate en el océano. El collar contiene dentro todo el poder destructivo y demoniaco del cáliz.

— ¿Qué intentas decir? El cáliz fue destruido.

—El cáliz no puede ser destruido por una explosión tan insignificante. Este collar es su forma activa, mientras lo lleves puesto tendrás el poder del cáliz cada vez que lo necesites.

—Aún no respondes mi pregunta ¿Cómo conoces la existencia del cáliz? –Dimitri continuó insistiendo.

— ¿Cómo lo sé? Yo estuve en el lugar de los hechos, la batalla que tuviste contra la organización, tu transformación en el demonio de fuego, tu repentina explosión. Todo eso lo observé. Sé más de ese cáliz que cualquier demonio en este mundo.

El chico no tenía idea de cómo responder ante esto. Era imposible haber visto lo ocurrido en Japón y aún continuar vivo.

—Creí que habías dicho que estabas en el mar ¿Por qué mentir? –Dimitri comenzaba a ponerse nervioso.

—Soy alguien que jamás mentiría por algo tan insignificante. En realidad estuve en el mar, así como también en Tokio y en todo el mundo a la misma vez. Se también que estabas en ese lugar para poder recuperar tus memorias perdidas y ahora te has resignado a recordar todo ya que asesinaste al demonio que se encontraba en el bosque de Aokigahara. Podrás engañarte a ti mismo, pero a mí jamás podrás hacerlo. –El anciano seguía sonriendo.

—Nada de lo que me dices tiene el mayor sentido ¿Cómo es posible estar en varios lugares a la  vez?

—Lo entenderás con el tiempo.

La conversación había terminado; el anciano camino lentamente, adentrándose en la isla, alejándose de la playa. Sorprendido por las palabras del anciano lo siguió lo más rápido que el cuerpo se lo permitía.



La caminata duró lo suficiente como para que el cuerpo de Dimitri comenzara a sentir los estragos que había hecho en él aquella explosión.

Su recorrido los había llevado a un bosque repleto de animales. En la lejanía se observaba una montaña. Tal parece que el destino final del anciano era aquel lugar. A medida se acercaban más, la temperatura comenzaba a descender, estaba tan frió que el cuerpo de Dimitri comenzó a temblar. El frío no parecía afectarle al anciano. El recorrido había finalizado justo al pie de la montaña.

El anciano miró fijamente los ojos del chico, era una mirada tan profunda que parecía como si estuviera tratando de ver el alma de Dimitri.

—Seré completamente sincero contigo, pero antes necesito saber algo ¿Aún estas dispuesto a recuperar tu pasado?

— ¿Lo dices enserio anciano? ¿Es posible poder recuperar mis recuerdos?

El anciano hizo caso omiso a las preguntas de Dimitri.

—En la cima de esta montaña se encuentra una cueva muy particular, es conocida como "La cueva de las revelaciones" esta cueva puede ayudarte con tu problema. En la antigüedad los humanos llegaban de todas partes para que la cueva  respondiera a todas sus preguntas por medio de visiones del pasado y futuro.

— ¿En realidad existe tal cueva? ¿Me mostrara mi pasado?

—Claro, pero como todo lo bueno también hay un riesgo. Las visiones provocadas por la cueva son demasiado reales que olvidaras por completo que estas en ellas. A lo largo del tiempo muchas personas han entrado buscando respuestas pero muy pocos logran salir. Quedan atrapados en las visiones y jamás despiertan.

Dimitri había quedado sin palabras, su cuerpo estaba frió y esta vez no era por la temperatura del lugar. El miedo había invadido su cuerpo ¿En realidad tomaría este riesgo para poder recuperar sus recuerdos?

Después de unos minutos logró tranquilizarse. Parecía decidido, no discutió más con el anciano e ignorando el dolor en todo su cuerpo inicio su recorrido hacia la cima de la montaña.



Llega a la cima de la montaña después de haber escalado durante varias horas, su cuerpo estaba a punto de rendirse. En la cima se encontraba una cueva sellada por una gran puerta hecha de piedra en ella habían esculpido figuras en forma de ángeles y demonios. Justo en el medio estaba escrita la palabra "Omnipresente". Abrió la puerta con dificultad, cansado por el viaje, se internó en la cueva.
El chico estaba dentro por fin, las puertas comenzaron a rechinar hasta que se cerraron por completo dejando únicamente oscuridad en el lugar. Dimitri cae desmayado.




Alemania. Escondite de la organización amanecer.

27 de noviembre del 2026. 09:00 am.

Marianne despierta después de estar dos días inconsciente. Ian esta sentado en una orilla de la cama esperando a que la chica abriera los ojos. En su rostro se observa un poco más de alivio. Antes de que las palabras pudieran salir de sus bocas alguien los interrumpe entrando a la habitación.

Hace una reverencia ante el joven rubio. No pierde el tiempo en halagos. Les informa lo importante que es encender la televisión en este instante. Todos los canales mostraban el mismo anuncio.

Algo peor que la catástrofe de Japón está próximo a ocurrir, a las veinte horas será revelado.”

El hombre hace nuevamente una reverencia antes de retirarse de la habitación dejándolos solos nuevamente. Marianne no le toma importancia al anuncio, sin embargo Ian no había dicho ninguna palabra, era difícil descubrir en que estaría pensando al ver dicho mensaje.

— ¿Qué opina, mi señor Ian? –la chica se sienta cuidadosamente en la cama después de haber dormido por dos días.

El líder de la organización observa cuidadosamente a la chica mientras le sonríe de una forma burlona. Se sienta a su lado rodeándola con el brazo.

—No sé de qué se trate esto, pero no debemos confiarnos.  En este momento nuestro único enemigo al que debemos temer es Dimitri.

— ¿Cree que ese chico de ojos rojos este detrás de todo esto?

— ¡No! El posee una de los tres tesoros, sin embargo este anuncio no es su estilo. Estoy seguro que alguien más esta detrás de esto.

—Tiene razón amo. –la chica acuesta su cabeza en el hombro de Ian. Su rostro comienza a sonrojarse.
Ambos se miran a los ojos por unos segundos. Marianne es besada sorpresivamente por Ian. Después de unos minutos la chica es recostada nuevamente dejándola indefensa. En un movimiento fugaz y muy hábil Ian le desabrocha la camisa y el sostén dejando ver sus pechos los cuales son manoseados casi de inmediato. Ambos cuerpos estaban listos para entregarse el uno al otro. Marianne había quedado completamente desnuda, las ropas salieron volando de la cama. Ian beso cada parte del cuerpo de la chica sin dejar ningún espacio libre de sus besos. Ambos estaban desnudos, ardiendo en pasión y lujuria. Ian le susurró al oído mientras una sonrisa aparecía en su rostro. —Te concederé lo que me haz pedido durante mucho tiempo, es hora de que hagas feliz a tu amo— Tras escuchar aquellas palabras, su rostro se sonroja una vez más. Dejándose llevar por el momento y sin decir más, ambos cuerpos se volvieron uno, dejando escapar suaves gemidos de placer.



Estados unidos. Laboratorio de investigación Hawk.

27 de noviembre del 2026. 03:00 pm.

Una empresa médica había sido convencida de patrocinar una nueva vacuna que sería capaz de regenerar partes del cuerpo. Las investigaciones y el proyecto estaban siendo dirigidas y supervisado por el Dr. Phillips Benson. Un hombre de cabello negro, tez clara (casi pálida) alto y delgado. Usaba lentes pequeños y delgados, los cuales lo hacían ver muy bien. Su rostro mostraba agotamiento, era mayor de treinta años.

El doctor Benson se encuentra en su oficina terminando de hacer todo aquel aburrido papeleo hasta que es interrumpido por el sonido del toque de su puerta. Entra a la oficina su asistente.

—Doctor Benson, alguien acaba de llegar y desea hablar con usted ¿Le digo que en este momento no lo puede atender?

— ¿Quién me busca? ¿No dijo su nombre?

—No quiso decir su nombre, pero me dio un extraño mensaje para usted, dijo que saludara ha Astarot de su parte y que usted entendería.

Aquel hombre había captado la atención de Phillips. Escuchar el nombre de su demonio acompañante lo hizo comprender que aquella persona era uno de los jugadores.

—Dile que entre de inmediato— su rostro estaba pálido, parecía preocupado.

La espera se hacía cada vez más grande, después de todo, la seguridad en el laboratorio era extremadamente alta y antes de dejarlo pasar tenían que registrarlo por completo. Phillips comenzaba a inquietarse, su mayor pregunta era ¿Quién de los jugadores estaría por llegar? En ese momento la puerta se abrió, dejando ver a un hombre de tez blanca, cabello café oscuro y ojos verdes. No parecía ser mayor que Phillips, parecía tener veinticinco años a lo mucho. Vestía ropa elegante, su cabello y manos bien cuidadas, era bien parecido. Caminó hacia Phillips con una sonrisa en su rostro mientras alzaba su mano para saludarlo.

—Hola Phillips ¿o debería llamarte jugador número tres?

— ¿Cómo lo sabes? ¿Cuál jugador eres? —Phillips estaba confundido, era difícil de creer que la persona que tenia frente a él fuera uno de los jugadores.

—Tal como creí, aún no conoces las identidades de los demás jugadores.



Alemania, escondite de la organización Amanecer.

27 de noviembre del 2026. 10:00 am.

Ambos habían terminado satisfechos. Reposaron sobre la cama por varios minutos. Marianne intenta abrazarlo. En un movimiento rápido se aleja de ella, parecía molesto por el intento de abrazo de la chica.

— ¿Qué demonios intentas hacer? No te atrevas a abrazarme de nuevo.

—Amo, creí que por fin me había aceptado como su novia. Pensé que por ese motivo me había hecho el amor.

— ¡No digas estupideces, idiota! Jamás serias algo tan cercano para mí, simplemente eres mi mujerzuela y tu cuerpo es lo único que me interesa de ti. Te respetaría un poco si hicieras algo bien, ¿Cómo quieres que te respete? Me has decepcionado demasiado, haz dejado que Dimitri asesinaran a toda tu división.

Marianne intenta no llorar, sin embargo las lágrimas brotan de inmediato. Ian continúa.

—Soy hombre, tengo necesidades, Tú eras la mujer más cercana. No te creas alguien especial. Si no hubieras estado aquí, seguramente hubiera tomado a cualquiera.

Marianne se sentía sucia, usada, engañada. Intentó con todas sus fuerzas no llorar. Se vistió rápidamente escapando de la habitación con la poca dignidad que aún poseía.  No hubo reacción por parte de Ian, no le importaba en lo absoluto.



Estados unidos. Laboratorio de investigación Hawk.

27 de noviembre del 2026. 03:10 pm.

— ¡Aún no respondes mi pregunta! ¿Quién eres? —Phillips estaba comenzando a molestarse.

—Mi nombre es Anthony Hawkins. Soy el jugador número dos —la sonrisa se hizo más grande aún, parecía disfrutar ver el rostro molesto de Phillips.

— ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué te presentas aquí? ¿Acaso haz olvidado nuestro trato? No iniciaremos el juego hasta que termine el lapso de dos años.

Anthony comenzó a reírse mientras tomaba asiento. Se tranquiliza casi de inmediato. Observa a Phillips detalladamente. Después de unos segundos comienza con la charla.

—Estoy aquí porque quiero hacer un trato contigo. He vigilado a cada uno de ustedes y conozco muy bien sus posiciones actuales. También estoy informado de lo que estas haciendo, me refiero a la vacuna que puede hacer que un humano logré regenerar partes del cuerpo. —Cruza las piernas mostrando tranquilidad en cada palabra que sale de su boca —No estoy interesado en el motivo del porque lo haces, solo quiero ganar este juego y para ello necesito hacer una alianza contigo.

— ¿Estas siguiéndonos a todos nosotros?  ¡Eso es romper el acuerdo!

—Jamás he roto nuestro acuerdo. Yo no lastimare a nadie hasta que se hayan cumplido los dos años. ¿Qué me dices uniremos nuestras fuerzas como en los viejos tiempos? —la sonrisa de Anthony era imposible de ocultar.

— ¿Viejos tiempos? Jamás he trabajado contigo y supongo que jamás lo haré. No estoy interesado en el juego, mi vacuna es para ayudar a todas aquellas personas que han perdido partes de su cuerpo en las catástrofes de hace un par de años. Estoy en este mundo para expiar mis pecados— Phillips se levantó de su asiento. Estaba furioso.

—Tal parece que no lo recuerdas, no es importante después de todo. Esta bien Phillips, estaba seguro que no seria fácil de convencerte, sin embargo he venido preparado— se levantó igualmente de su asiento, sacó un cheque de su bolsillo y lo dejó caer en el escritorio.

—Ninguna cantidad de dinero, haría que yo hiciera una alianza contigo.

—No te apresures con tus palabras, mira la cantidad escrita en el cheque. ¡Ah! Olvide decírtelo, yo soy el dueño de este laboratorio y tu principal fuente de dinero. Creo que estas en mis manos. ¿Qué harás? Si te niegas no tendrás manera de poder seguir con tu investigación.

— ¡Maldito bastardo! —golpeó su escritorio con todas sus fuerzas. Aquella sonrisa de victoria en Anthony lo estaba volviendo completamente loco. Anthony había logrado ganarle sin pelear —No tengo opción, acepto.

— ¿Por qué tan triste? —Anthony no paro de reír durante varios segundos hasta que logró calmarse. Continuó hablando —No será tan malo, mi objetivo principal es hacer que ambos lleguemos al final del juego. Acabaremos con los otros dos jugadores.

— ¿Qué pasara cuando solo quedemos nosotros dos? —Phillips seguía molesto.

—Cuando lleguemos al final de este juego lucharemos de una forma justa, como caballeros que somos, lo prometo. Soy hombre de palabra ¿Acepta, Dr. Phillips?

No tenia nada que pensar, estaba arrinconado, Anthony había pensado en todo para doblegarlo. Una vez más golpea su escritorio por el coraje que sentía al no poder hacer nada en contra.

—Hare una alianza contigo. Te advierto que si descubro que tratas de traicionarme te asesinare sin pensarlo. ¡Soy más fuerte de lo que aparento!

— ¡Tenemos un trato! —Anthony sonrió una vez más proclamando así su victoria mientras estrechaba la mano de Phillips.

Tener una alianza al que fue forzado no era una buena señal, Phillips estaba seguro que en cualquier momento Anthony intentaría acabar con él. En estos momentos estaba a merced de los caprichos de aquella persona.  Phillips respira hondo intentando calmarse. Toma asiento una vez más y exige algunas explicaciones.

—Ahora que hemos unido fuerzas necesito conocer tu plan para mantenernos vivos hasta el final de juego.

El joven de cabello negro observó por última vez a Phillips. Sin decir más salió de la oficina, no sin antes entregarle un sobre de color rojo. Espero a que Anthony se marchara del lugar y asegurando la puerta para evitar que alguien entrara abrió dicho sobre. Dentro contenía un mapa cuidadosamente doblado, seguido de una carta la cual daba explicaciones del plan.

“Lamento haberme marchado sin decir nada, pero no podía hablar contigo en persona sobre el plan, sería muy arriesgado que alguien nos escuchara.
Estoy consciente de que estas trabajando en una vacuna sorprendente y sé que estas usando tu propio ADN contaminado con el anillo demoniaco para producirla en masa. Debes ir a la dirección señalada en el mapa que está dentro del sobre, te explicare todo lo que quieras cuando llegues.”

Después de leer la carta Phillips había quedado sin palabras. Había subestimado la situación en la que se encontraba. Había sido demasiado descuidado como para que Anthony descubriera el secreto de su vacuna. Su sangre.

Tenía muchas preguntas que hacerle. Sin perder más tiempo Phillips se pone en marcha hacia la locación señalada en el mapa.



Alemania, escondite de la organización destello.

27 de noviembre del 2026. 07:45 pm.

Han transcurrido diez horas desde que el mensaje televisivo fue visto por el jugador número cuatro. A pocos minutos de que empiece la transmisión Ian se dirige a toda velocidad al salón principal de la organización y ordena a todos sus miembros reunirse. Sintonizan el canal y esperan impacientes. Marianne entra al salón segundos antes de que empiece la transmisión, aún triste por lo ocurrido prefiere mantener distancia.

El mensaje no era una broma. Exactamente a las veinte horas la transmisión inicio, todas las televisoras y estaciones de radio habían sido tomadas por alguien desconocido. En todo el mundo lo único que se transmitía era este mensaje. La interferencia dio la señal de inicio. La interferencia se detuvo tras varios segundos. Un hombre con capucha azul y una máscara blanca que tenía justo en medio el número cero se dejó ver en todo el mundo.

— ¡Buenas noches mundo! Es el momento que han estado esperando. Se preguntaran porque estoy haciendo esto ¿Cierto? ¿Cierto? ¡Estoy seguro que se lo preguntan! —El encapuchado parecía estar emocionado y a la vez un poco loco —Este mundo ha llegado a un punto muerto donde nadie puede ser salvado. Mi intención no es declarar una guerra contra el mundo, después de todo, una guerra significaría que ustedes tienen oportunidad de ganar— Su carcajada se escuchó en todos los televisores y radios del mundo —simplemente estoy informándoles que sus días están contados. ¿Por qué? ¡Por qué me fascina ver la desesperación y el miedo en las personas! —Su tono de voz se vuelve más animado —Todo el mundo es mi rehén y hagan lo que hagan no podrán encontrarme, ni enfrentarme, soy la reencarnación del mal, pude destruir a Japón en segundos y no dudaré en hacer explotar todo el mundo. ¿Querían encontrar al culpable? ¡Aquí lo tienen! ¿Qué harán al respecto? —su personalidad cambio nuevamente, su risa estaba descontrolada, estaba disfrutando el momento—  ¿Tienen miedo? ¡Sé que tienen miedo! ¿Quieren matarme cierto? ¡Tienen exactamente un mes para intentar salvarse!

El mundo se había vuelto loco, era demasiado con la destrucción de Japón y ¿Ahora hay más de que preocuparse? Era demasiado malo como para ser verdad. Un demente estaba amenazando al mundo. La transmisión continúo.

—El veintisiete de diciembre desataré un virus tan poderoso que será imposible curar. Se los repetiré una vez más ¡Intenten detenerme si pueden! —la transmisión termina.

Estas palabras dejaron terror, pánico y muchas dudas en el mundo. Las personas no tenían idea de que hacer ¿Debería creer lo que acaban de escuchar? ¿Era todo un delirio de algún lunático? ¿Alguien se tomaría tantas molestias para hacer una broma de esta magnitud? Claro que no. Los países del mundo entero toman con seriedad la transmisión, convocan una reunión de líderes mundiales.

Los miembros de la organización Amanecer y su líder el jugador número cuatro han quedado atónitos. Marianne se marcha del salón sin ser notada.

Ian se coloca de pie y ordena avisarles a todos los miembros que existen esparcidos en el mundo de una reunión de emergencia que será llevada a cabo en el escondite de Francia dentro de tres días. El joven se marcha del salón de inmediato, dirigiéndose a la recamara.

Entra a la habitación intentando tranquilizarse un poco, necesitaba pensar con claridad. Sentada en el borde de la cama se encuentra Marianne. Lo mira fijamente a los ojos intentando dejar de lado el problema ocurrido por la mañana.

—Era Dimitri sin ninguna duda ¿Cierto? —Marianne lanzó una mirada fría.

—Era la capucha y la máscara de él, no hay duda de ello. Parece ser que Dimitri trata de entrar al juego de forma llamativa, aunque no entiendo exactamente su objetivo. ¿Qué gana advirtiendo al mundo? ¿Intenta decirnos a todos los jugadores que él ha regresado? No entiendo.

— ¿Qué harás? ¿Esperaras a que libere el virus para asegurarte que va en serio?

— ¿Estás loca? No puedo arriesgarme a perder a miembros de la organización. Dimitri tiene el poder del cáliz, no podemos tomarlo a la ligera.

—Es mejor dormir por el momento— la chica se acostó en la cama dándole la espalda.

—Tienes razón, mañana será un día muy largo— una sonrisa se dibujo en el rostro del jugador



28 de noviembre del 2026. 05:00 am.
Al día siguiente el jugador número cuatro despertó temprano, se dirigió hacia una caja negra situada en una esquina de la habitación sin despertar a la chica. Dentro de la caja se encontraba una llave dorada, la tomó de inmediato, sus manos temblaban por algún motivo. Las miró por unos segundos mientras pensaba en miles de cosas a la vez. Despertó a Marianne tomándola del brazo y la arrastró con él sin decirle alguna palabra. Ella no se opuso en lo absoluto, su rostro estaba ruborizado, y aunque tenia claro que solo era utilizada, no le importaba, lo amaba y lo seguirá al mismo infierno si fuera necesario.



Bosque de Hoia Baciu. Rumania.

28 de noviembre del 2026. 12:30 pm.

Después de haber viajado por más de un día Phillips logra llegar al lugar donde se encuentra Anthony. Un bosque igual de temido que el triangulo de las bermudas. Donde nadie nunca podría encontrarlo. Una cueva oculta entre toda la espesura del bosque. Un gigantesco bosque lleno de misterios. Era como una fortaleza en la cual nadie se atrevería a entrar.

Phillips fue advertido por los habitantes de las zonas cercanas acerca del bosque, sin embargo él poseía un demonio consigo, no encontraba razón para temer. Tras internarse al bosque y pasar horas intentando encontrar la cueva empieza a cansarse, su cuerpo no es tan resistente de cómo era antes. Los rumores acerca de actividades paranormales en el lugar eran completamente ciertos. Risas sin dueños, personas sin rostro, animales jamás vistos, todo era real, si Phillips no lo estuviera observando con sus propios ojos lo creería. Encuentra la cueva minutos después.

Entra cuidadosamente, tratando de inspeccionar el lugar detenidamente. En su interior se encontraba un laboratorio totalmente equipado con las maquinas más modernas, Dentro no parecía ser una cueva, todo era tan brillante, moderno. Sorprendido al ver la maquinaria se adentra al lugar.

— ¿Te gusta? Lo preparé para que continúes con tu investigación. —Anthony aparece detrás de él.

—Jamás hubiera imaginado esto. —la sorpresa en el rostro de Phillips era claramente percibida.

Anthony se acercó a una mesa metálica, sobre ella se encontraba un recipiente lleno de sangre. Lo tomó cuidadosamente dirigiéndose hacia Phillips con una mirada fría. Le entregó la sangre.

— ¿Qué es esto? ¿Por qué me lo das? —Phillips estaba confundido tras ver la sangre.

—Eso es tu sangre y también es el comienzo de un mundo nuevo, donde el dolor, ni el sufrimiento existan. —Anthony mostraba seriedad en sus palabras.

— ¿Dónde la conseguiste? —Phillips estaba asustado, aún mantenía la guardia alta.

— ¿Nunca has deseado ganar este juego sin tener que lastimar a personas inocentes? Es decir, personas que no tienen nada que ver en el juego.

Phillips estaba sin habla. Cada palabra que escuchaba, él ya la había pensado antes. Era como escucharse a si mismo. Proteger a los inocentes de este malvado juego. Era como si Anthony hubiera robado sus palabras.

— ¿Cómo conoces todo eso? ¿Me haz estado espiando? ¿De donde haz sacado mi sangre?

—Soy dueño de todo el laboratorio donde has trabajado durante casi un año. No fue difícil.

— ¡Maldito! La robaste. —Phillips intentaba no golpearlo.

— ¿Creíste que me sería imposible robar una muestra? —el rostro de Anthony estaba serio, no parecía que se estuviera burlando. Hizo una pequeña pausa seguido de un suspiro —No tengo ningún motivo por el cual seguir ocultándote esto. Te llame porque se cual es tu objetivo y quiero ayudarte a cumplirlo… es decir, yo también quiero expiar mis pecados. —Lo miró directo a los ojos sin dudar ni un segundo, parecía que estaba diciendo la verdad —Estoy consciente que tu sangre no es suficiente como para completar tu proyecto, necesitas la sangre demoníaca de alguien más. ¡De otro jugador!

— ¿Cómo lo sabes, solo yo sé eso?

—He estado pendiente de tus proyecto, analice las posibilidades de éxito, llegue a la conclusión que tu sangre demoníaca no es lo suficientemente poderosa como para completar la regeneración humana, necesitas otra sangre demoníaca con distinto ADN para hacerla más potente.

Las palabras de Anthony lo habían convencido. Phillips comenzó a revelar un poco acerca de su investigación.

—Estoy creando lo único que preparara al mundo para este juego que esta por comenzar. Gracias a mi anillo demoniaco mi sangre fue infectada, siendo esto la clave para la vacuna que deseo crear. He aislado mi ADN y estoy tratando de mezclarlo con algo que sea suficientemente capaz de entrar al cuerpo de un humano normal sin que tenga efectos secundarios. En este caso intentare utilizar tu sangre para las primeras pruebas de compatibilidad. Así cuando empiece el juego los humanos que salgan heridos se regeneraran, dándoles altas posibilidad de supervivencia. Nadie morirá por nuestra causa.

— ¿Qué diferencia existe entre tu sangre y la de los demás jugadores? —Anthony mostraba bastante interés en escuchar la respuesta.

Una sonrisa en el rostro de Phillips se hizo visible. Hizo una pequeña reverencia antes de presentarse.
—Soy el Dr. Phillips Benson, mi acompañante es el demonio verde Astarot y mi poder es conocido como la "Regeneración  infernal". Cualquier herida o pérdida de una parte de mi cuerpo será regenerada de inmediato.

—Ahora comprendo, el poder que te otorga el anillo es la clave para que esto funcione.

— ¡Exacto! Te he revelado lo más importante del proyecto y de cómo funciona. ¿Me apoyaras? —Phillips alzo su mano para cerrar el trato, había confiado en aquella persona; el trato fue cerrado estrechándose las manos entre ellos.

—Si— le sonrió sin quitarle la mirada.

—Bien, ahora debemos regresar al laboratorio para hacer las pruebas correspondientes antes que sea lanzada al mundo.

Un silencio en la cueva llena de escalofríos el cuerpo de Phillips después de no recibir respuesta de Anthony. Pasan varios minutos antes de que retomaran la conversación, todo había quedado en silencio.

—Creo que regresar a ese lugar no será posible. No puedo permitir que esto llegue a manos peligrosas, harán muchas preguntas que no podremos contestar con la verdad.

— ¿Qué tratas de decirme? ¿Quieres que trabajemos solos? ¡Eso es imposible! —Phillips comenzó a molestarse.

Un viento helado cubrió la cueva, la temperatura comenzaba a descender rápidamente. Las cosas se volvieron tensas en segundos. Era imposible realizar tal hazaña con solo dos personas. Quizás imposible no era, pero si se tardarían el triple de lo planeado.

— ¿No te gustaría llevarte todo el crédito por este gran avance medico? ¿Ser reconocido en todo el mundo como un genio en la medicina? Yo no te pido que me des un poco de crédito, solo deseo mantenernos ocultos hasta que el juego ya haya comenzado. ¿Qué deseas hacer? —No dejaba de verlo a los ojos detenidamente, era como si deseaba que viera dentro de él y entendiera que no mentía en lo absoluto —Piénsalo detenidamente, si sigues con ellos tendrás que compartir el crédito, sin embargo si te unes a mi podrás utilizar estas máquinas que superan a las que tenias en el laboratorio. El crédito seria completamente tuyo. No solo expiarías tus pecados, también podrás ser recordado como  un salvador.

Dejándose convencer por Anthony acepta la propuesta de inmediato, aquellas palabras lo habían hecho darse cuenta de todo lo que podría ganar quedándose en esta cueva. Este es un gran escondite, ningún jugador podrá encontrarlo.

— ¡Acepto! Dime algo que me he preguntado desde que lo mencionaste. ¿Cuáles son aquellos pecados que deseas expiar?

El rostro de Anthony decayó de inmediato, parecía triste, su sonrisa cambio en segundos, suspiró tras una pausa —Asesine a toda mi familia. Descubrieron que estaba involucrado en varias estafas y asesinatos, no me dejaron otra opción más que acabar con sus vidas, ellos estaban dispuestos a entregarme a las autoridades— su cuerpo comenzó a temblar, su rostro estaba pálido, había terror en su mirada. —Desde que los asesine he querido hacer algo para desaparecer mi culpa, no quiero que nadie más salga lastimado a causa mía. Con esta vacuna podremos salvar a todas las personas inocentes y expiar para siempre mis pecados.

—Creo en cada palabra que me dices y ahora sé que nosotros dos somos los únicos jugadores que aun mantienen su parte humana. Ambos nos arrepentimos de nuestros pecados. —Phillips le coloca la mano en el hombro intentando calmarlo.




Alemania, aeropuerto de Weeze.

28 de noviembre del 2026. 10:30 am.

Después de salir del escondite alemán, Ian y Marianne se dirigieron al aeropuerto clasificado como el de menos presupuesto y con la peor seguridad del país, estaban listos para partir cuando una anciana con un sombrero floreado, vistiendo un atuendo de seda color verde se le acerca al jugador cuatro mirándolo a los ojos cuidadosamente como si tratara de recordar donde lo había visto. Tal parece ser que la anciana logró recordarlo. Se acerca asombrada y entusiasmada.

— ¿Tú eres el nuevo camarlengo del Papa o estoy equivocada?

Al escuchar la pregunta de aquella anciana, el rostro de Ian estaba pálido, era como si no quería ser descubierto, o más bien pasar desapercibido. Tratando de tranquilizarse respondió a la anciana con amabilidad y ternura.

—Está en lo correcto mi querida señora. Yo soy el nuevo camarlengo y estoy a sus servicios.

Todas las personas que estaban a su alrededor lo escuchan, rodeándolo casi de inmediato para tratar de saludarlo. Estaba llamando demasiado la atención de todos los de seguridad. Marianne se adelanto tratando de mantenerse desapercibida, no era inteligente hacerse notar.

Después de unos minutos logró escapar de la multitud y aborda su vuelo. Dentro del avión encontró a Marianne sentada mirando por la ventana ignorando la llegada de Ian.

¿Por qué me abandonaste con todas esas personas? Te necesite a mi lado— Se acercó a la chica sin que lo notara. Susurrándole al oído la toma por sorpresa.

Se sonrojo de inmediato al escuchar la voz de su amado. Sus esfuerzo por mantenerse fría y alejada no surgieron resultados.

—No era inteligente estar juntos, todos hubieran descubierto que estábamos juntos. Recuerda tu posición en la iglesia. Además… me sentí un poco celosa de todas esas personas hablándote y tocándote— la chica estaba apenada y sin mirarlo más continúo viendo hacia la ventana.

—No hay razón para sentirse celosa, en este viaje tú serás la única chica que tenga mi atención— le beso el cuello dejándola sin palabras. Haciendo que la mirada de la chica vuelva a posarse en él.

Después de recibir ese repentino beso por parte de Ian corre directo al baño en donde se refrescara un poco tratando de tranquilizar su acelerado y enamorado corazón.

El avión está a punto de despegar y todos los pasajeros se sientan en sus lugares correspondientes. Marianne llega del baño y observa que Ian tiene la mirada fija en ella. Volviéndose a sonrojar pregunta.

— ¿Por qué me miras con tanta insistencia? Es decir, no es que estuviera mal. Compraste todos los boletos de primera clase solo para estar conmigo a solas, pero aún así pueden verte y tu puesto en la iglesia estaría en peligro.

—No me importa eso. Algo no está bien en ti ¿Qué sucede? —no quita su mirada en la chica.
La chica cambia de actitud e intenta no quitar su mirada de los ojos de Ian.

—Quiero que me digas ¿Porque eres tan dulce conmigo en estos momentos? Ayer dijiste que solo era una mujerzuela y que no tenía nada de especial ¿Tu cambio de actitud se debe al destino de nuestro viaje?

Una pequeña sonrisa aparece en el rostro de Ian mientras acariciaba el rostro de Marianne —Lamento mucho lo que te dije ayer, sé que eso fue imperdonable y agradezco mucho que sigas conmigo. Solo quiero recompensarte por todo lo que dije; estaba estresado por la derrota que tuvimos en Japón— Hizo una pequeña pausa y tomándola de las manos continuo— ¿Perdonarías a este tonto que no quiere perder lo más importante en el mundo para él?

Marianne estaba conmovida por la disculpa sorpresiva, de sus ojos salieron lágrimas de alegría, rápidamente y sin darse cuenta estaba abrazando fuertemente a Ian. El abrazo duro varios minutos, no decían nada, aquella muestra de afecto hizo feliz a Marianne que no había necesidad de decir nada más.

Marianne rompe aquel silencio y separándose de él para secarse las lágrimas de sus ojos, le responde con una hermosa sonrisa que solo ella podría darle al dueño de su corazón.

—No te preocupes por eso, te amo lo suficiente como para perdonarte todo lo que me hagas, solo eso deseaba escuchar, una disculpa de tu parte.

El avión comenzó a despegar y ambos continuaron abrazándose sin importarles nada a su alrededor. El destino del vuelo era Roma.




Bosque de Hoia Baciu. Rumania.

01 de diciembre del 2026. 08:15 pm.

Han pasado algunos días desde que la alianza entre el jugador dos y tres comenzó y aún no hay avances en la investigación, el ADN del jugador número tres continúa mostrando inestabilidad en los cuerpos humanos normales. Seria muy complicado finalizar con la vacuna, incluso con la ayuda de Anthony. Comenzaban a dudar de la posibilidad para lograr realizar aquella gran hazaña.

Anthony escuchó una voz que provenía de su anillo. Su demonio acompañante había hablado después de tanto tiempo en silencio.

— ¿Qué es lo que esperas? ¡Creo que ya es momento de preguntarle! —Ball estaba molesto.

No respondió a las palabras de su demonio, se dirigió hacia donde se encontraba Phillips y tomando una actitud muy relajada intentó entablar una conversación. Sacó un pañuelo de su bolsillo y se limpio el sudor de la frente, estaba nervioso.

—Disculpa si soy molesto con mis preguntas pero me intriga algo. ¿Es posible que esta vacuna funcione también con personas infectadas por el anillo?

— ¿Te refieres a nosotros los jugadores? —No recibe respuesta, continua —Me he preguntado lo mismo, sin embargo creo que cuando logremos estabilizar la vacuna para ser recibida sin efectos secundarios en los cuerpos humanos normales, talvez podría haber una posibilidad de que funcione con las personas infectadas por el anillo demoniaco. —Phillips lo mira intrigado, era muy sospechosa la actitud de Anthony. — ¿Por qué la pregunta?

—Estos días que he estado en la cueva me han hecho pensar en cientos de maneras para sobrevivir al juego, y he llegado a la conclusión de que si hacemos que esta vacuna funcione en mí, entonces seria nuestro As bajo la manga. Y así ambos sobreviviríamos.

—No estaría mal intentarlo, pero correrás peligro si no llegase a funcionar, después de todo es mi habilidad única otorgada por el anillo. No tendría los mismos resultados, aunque por esta vez las posibilidades están al cincuenta porciento— una ligera sonrisa se observó en Phillips.

Al escuchar una respuesta alentadora no logra esconder  la emoción y felicidad que sentía en ese momento. Anthony se dirige inmediatamente a su habitación sin decir ni una sola palabra, dejando solo a Phillips.


02 de diciembre del 2026. 12:10 am.

Sin poder dormir después de descubrir algo en su sangre que podría ayudar al avance del proyecto intenta tomar un pequeño descanso de cinco minutos mientras se prepara para una noche larga. Phillips escucha una voz saliendo de su anillo, su demonio acompañante Astarot intenta mantenerlo despierto.

¿Confías en el otro jugador? —el demonio estaba relajado, era muy pasivo.

¿Por qué no tendría que hacerlo? Estamos aquí por la misma razón.

—Debo de advertirte que la reputación de Ball en el infierno no es la mejor de todas. Es muy conocido por ser el demonio menos leal de todos.

Tras escuchar la advertencia de Astarot, se negaba a creerlo. Confiaba en Anthony ciegamente, se había ganado su confianza que ahora le resultaba difícil creer que lo traicionaría. Tomó la taza de café que anteriormente se había preparado, se mantenía a la defensiva, era muy extraña la manera en la que actuaba.

— ¡Cállate! Confió en Anthony, él jamás podría traicionarme, al contarme su pasado pude ver en sus ojos que estaba arrepentido de haber asesinado a su familia. Entiendo cómo se siente, yo también me arrepiento de mi pasado. —Phillips estaba alterado, llevaba dos días sin descansar.

—Entiendo tu fe hacia él, sin embargo te advierto que no bajes tu guardia. Cualquiera que haya investigado tu pasado podría manipularte, jugando con tus sentimientos. Debes poner fin a esta pequeña alianza antes que termines muerto. Ball puede ser muy convincente y no culpo al humano por estar siendo influenciado en estos momentos por su demonio. —no parecía alterado, Sidragaso mantenía la calma.

La conversación finalizó sin más. Estaba claro que no podría continuar esta noche. Se levantó de su asiento y se marcho a su habitación para descansar lo más que pueda para un día lleno de trabajo.



05 de diciembre del 2026. 02:05 pm.

Ha transcurrido el día como cualquier otro, sin avances importantes en la investigación. Desde muy temprano Anthony se marchó de la cueva antes que Phillips despertara ¿Dónde estaría?

Una paloma entra a la cueva llamando la atención de Phillips, el cual se levantó de un salto. Se acercó al ave después de observar que en su pata derecha tenia atada una nota que con delicadeza toma sin alarmar al animal, evitando de esta forma que escapase.

Phillips lee cuidadosamente la nota.

Su cuerpo tiembla de la impresión, era una emoción difícil de comprender ¿Estaba asustado? ¿Feliz? La paloma aprovecha la oportunidad para escapar, asustando a Phillips con el ruido de las hojas que golpearon la entrada de la cueva. Deja caer el papel al piso de la impresión. Había sin quedado palabras, el papel podría ser una trampa sin duda alguna, sin embargo estaba desesperado. Toma su abrigo de inmediato y se dirige al bosque. Anthony había desaparecido y no era seguro que regresaría pronto, tenia que tomar esta decisión solo.

En la nota decía:

Sé cómo completar la vacuna. Ven al lago antes de las cinco de la tarde.



Roma.

4 de diciembre del 2026. 4:00 pm.

Antes que el avión aterrizara Ian planeó encontrarse con ella el día cuatro de diciembre a las cuatro de la tarde en una cafetería ubicada en  las afueras de la capital. Después de haber aterrizado ambos decidieron tomar caminos separados y así pasar desapercibidos, todo tenía que ser perfecto para realizar su plan maestro.


Ambos se encuentran en la cafetería según lo planeado. Marianne juega con su cabello, estaba nerviosa por ver nuevamente al amor de su vida. Llego treinta minutos antes de lo previsto para asegurarse que su encuentro parezca coincidencia. No logra ocultar su sonrisa al verlo entrar por aquella puerta, corre sus brazos dándole un apasionado beso sin pensarlo, echando a perder la posibilidad de que la gente creyera que su encuentro fue coincidencia.

Ian vestía de lo más normal, nadie se imaginaria que fuera camarlengo en el Vaticano, esto podría funcionar. Usaba lentes tan oscuros que le cubrían por completo los ojos, nadie con excepción a Marianne conocían su identidad. Tras aquel beso inesperado se aleja de la chica rápidamente, inspecciona que nadie los estuviera observando y se dirigen a la mesa en el rincón donde nadie podría escuchar lo que ellos hablen.

— ¿Has logrado identificar los huecos en la seguridad que dejan los guardias? —Ian susurraba.

Sorprendida por la reacción de Ian tras su beso intenta parecer arrepentida, entendía muy bien que su acto de cariño casi ponía en peligro todo el plan. Le contesta de inmediato tratando de enorgullecerlo.

—Sí, todo está listo no habrá fallos en el plan.

Observa el rostro decaído de Marianne, entendía que en el interior era una tortura para ella actuar de una manera tan fría. Intenta animarla tomándola de las manos,  acerca su rostro al de la chica mientras le susurra al oído.

—Recuerda que estamos tratando de pasar desapercibidos, si empezamos a actuar como una pareja llamaremos la atención y podrían descubrir quien soy en realidad. Te extrañe— le guiña el ojo.

Aquella simple palabra había hecho que su tristeza desapareciera en un instante. Intenta ocultar aquella gran sonrisa en su rostro, era inevitable para ella estar tan feliz después de escuchar lo que siempre deseó.

—Tiene razón amo he sido descuidada lo siento, no volverá a ocurrir.

—No te preocupes. Cambiando de tema ¿Te reuniste con toda la organización?

—Sí, ya están dadas sus órdenes,  todos llegaran mañana por la tarde y estarán listos para comenzar la operación a las veintidós horas, tal y como lo ordenó.

Ian levanta su mano lentamente y la lleva directo hacia ella. Le acaricia delicadamente su rostro. Era como si no le importara la gente alrededor, estaba complacido por lo útil y fiel que ha sido ella.

—Muy bien hecho Marianne después que termine la operación te daré tu recompensa, por ahora debo irme o podría levantar sospechas mi ausencia.

Sonrojada por el acto de cariño, le toma la mano antes de que se marchara e intenta no besarle. Su corazón latía fuertemente, estaba nerviosa por tomar su mano. Todas esas cosas que pensaba hacer, no eran adecuadas en este momento, se tuvo que conformar con inclinar su rostro como acto de reverencia.

—Que usted confié completamente en mí para esta misión ha sido suficiente recompensa mi amado señor.

Logra soltarse de Marianne y sin mirarla a los ojos se aleja de ella con una sonrisa en el rostro. Era como si aquella persona fría y sin corazón desaparecía cada vez más rápido por los actos de la chica. ¿Era amor lo que sentía por ella? ¿En realidad alguien como él podría amar?

Ian se dirigía de vuelta al Vaticano su demonio acompañante le habla en un tono de voz burlón. Se divertía con la pareja.

— ¿Te enamoraste? —La risa del demonio es escuchada por Ian. — ¿Crees que funcione tu ridículo plan? ¿Podemos confiar en el éxito de esa mujer?

—No te preocupes tanto Sidragaso confió en ella. —una sonrisa malévola aparece en el rostro del jugador —Mañana, antes que termine el día, el vaticano habrá caído ante mí.

—Asesinar al papa no es algo que se pueda tomar a la ligera, será muy difícil llegar a él. –el demonio había dejado de reír.

—Mañana vendrán cientos de miembros de la organización y harán de esto un pequeño juego de niños. No te preocupes por nada. —Ian termina la conversación ignorando las demás palabras de su demonio.



Marianne continúa en la cafetería mientras intenta no seguir pensando en el momento tan especial que compartió con su amado. Jugaba con su cabello mientras observaba una foto de Ian en su teléfono. Recibe una llamada despertándola de aquel sueño tan hermoso que pasaba por su cabeza en ese instante.

El número telefónico era desconocido para la chica, era muy extraño recibir llamadas que no fueran de la organización, después de todo no mantenía ningún contacto con personas que no fueran miembros de la organización. Duda por unos segundos el contestar, respira hondo y contesta.

—No debes confiar en lo que escuchan tus oídos, estas advertida.

— ¿Quién eres? ¿Qué quieres decir con eso?

La llamada se corta dejando inquietud y dudas en Marianne. Esto parecía una broma, sin embargo esto era imposible, nadie tenía este número telefónico a excepción de Ian y los lideres de división en la organización. Nadie sería tan estúpido para hacer una broma en estos momentos, había una misión en marcha y en estos momentos todos deben estar realizando sus tareas asignadas.

Trato de no entrar en pánico e ignorar lo ocurrido, pero había aquella duda. ¿Quién consiguió el número telefónico? Y ¿Qué es lo que trata de advertirle? Se fue de la cafetería minutos después dirigiéndose  al departamento donde se hospedaba temporalmente por la misión.



9:00 pm.

Marianne continuaba en su apartamento, vestía ropa cómoda preparándose para dormir. Encendió la televisión antes de recostarse en la cama para mantenerse informada de cualquier noticia sobre el encapuchado que había tomado las televisoras del mundo por un día.

 Han pasado treinta minutos y no hay noticias relevantes, la chica estaba a punto de apagar la televisión hasta que la presentadora la detuvo. Una noticia de última hora acababa de llegar. Los presentadores intentaban mantener su profesionalismo, sin embargo en sus ojos se podía observar el miedo.

—En noticias internacionales. Un laboratorio de investigación en Estados Unidos fue víctima de un ataque terrorista, los cuerpos de los científicos que se encontraban en el lugar fueron encontrados decapitados y mutilados. Este laboratorio se hizo conocido por hacer pública su investigación al único meteorito recuperado de las catástrofes mundiales. Las autoridades intentaran identificar al culpable. La única pista que poseen en estos momentos es una máscara rota que fue olvidada por los culpables. Los mantendremos informados a medida avance la investigación.

Escuchar la noticia había hecho que Marianne recordara aquel suceso en Japón, y a su vez aquella transmisión televisiva. Estaba segura que estos asesinatos también están conectados. Su teléfono comenzó a sonar nuevamente, corrió hacia la sala donde lo había olvidado. Nuevamente era aquel número desconocido. Contestó sin titubear.

—Si has escuchado sobre la masacre en el laboratorio, entonces comprenderás que la guerra se acerca. Decide correctamente por quien lucharas antes que sea demasiado tarde.

— ¿Quién demonios eres?

Nuevamente la llamada termino antes que pudiera decir algo más. Ahora estaba segura que esto no era una broma, sin embargo estas llamadas han dejado confusa a la chica.




Bosque de Hoia Baciu. Rumania.

05 de diciembre del 2026. 4:45 pm.

Phillips había podido llegar al lago con quince minutos antes de lo estipulado en la carta que le fue enviada. Esos minutos parecían una eternidad. Se torturaba así mismo pensando en todos los posibles sucesos que podrían ocurrir. No todos eran buenos, de hecho casi ninguno era bueno.

Esperaba sentado a la orilla del lago observando la belleza de aquel lugar oculto por este bosque embrujado, era una lastima que nadie pudiera acercarse a este lugar. Un par de arbustos justo detrás de él se comenzaron a mover alarmando al jugador número tres. De los arbustos se observa la silueta del encapuchado de color rojo que aún mantenía su máscara en ella estaba el número uno pintado con sangre. Phillips se coloca de pie en segundos sacando un arma oculta en su abrigo. Le apunta a la cabeza colocando su dedo índice en el gatillo del arma preparándose para disparar.

El encapuchado se acercó lentamente sin hacer movimientos bruscos y con las dos manos en alto comenzó a hablar tratando de tranquilizar a Phillips.

—Dr. Phillips por favor no dispare vengo a entregarle algo que podría ser de mucha ayuda en su investigación ¿no lo desea?

El enmascarado había llamado la atención de Phillips. Lo observa durante unos segundos antes de bajar lentamente el arma, sin embargo aún mantenía su dedo en el gatillo del arma preparándose para cualquier imprevisto.

— ¿Tú sabes algo de mi investigación? ¿Qué es eso que quieres entregarme y porque crees que funcionaria?

—El objeto que necesita para terminar su vacuna es este fragmento de meteorito— el enmascarado sacó de su bolsillo una piedra centelleante de color azul.

— ¿Un pedazo de roca espacial, estas bromeando? ¿Cómo diablos funcionaria esa estupidez en lo que estoy haciendo?

—Este pedazo de meteorito es muy especial, esto fue lo que comenzó los sucesos apocalípticos que ocurrieron el veintiuno de diciembre del dos mil veintidós.

—Solo es un pedazo de roca espacial, no hay nada útil en eso para mí.

—Eventualmente seria cierto lo que dices, sin embargo he investigado un poco acerca de la catástrofe semi-apocalíptica de hace años y gracias a mi demonio Abbadon logré conocer información valiosa acerca de este meteorito.

— ¿Qué clase de información? —Phillips lo miró fijamente intentando ver los ojos del enmascarado tras la máscara.

 — ¿Sabías que el meteorito fue enviado por Satán? Dentro de este pequeño pedazo de roca tiene partículas que pueden ser la base para estabilizar tu ADN en los cuerpos humanos. En este trozo de roca hay una pequeña parte del poder demoniaco que fue usado para dirigirlo a la tierra.

— ¿Lo que dices es cierto? Si no te equivocas y parte del poder demoniaco de Satán esta  en ese fragmento de meteorito eso podría significar que podría estabilizar mi vacuna en los cuerpos humanos— el rostro de Phillips se lleno de esperanza una vez más.

—Exacto— el enmascarado hizo una pequeña pausa —sin embargo, antes de entregarte la roca necesito que hagas algo por mí.

Phillips da la espalda al enmascarado mientras toma asiento una vez más. Comienza a reírse sin dejar de mirar el lago.

—Te habías tardado en decirlo sabía que esta información y el fragmento del meteorito no eran gratis, dime ahora ¿Qué quieres a cambio?

Quitándose la capucha roja y aquella máscara revela su rostro. El encapuchado era apenas un adolescente no mayor de diecisiete  años, su cabello castaño claro y ojos de color café. Se acerca lentamente a Phillips con el fragmento del meteorito en su mano derecha.

—Como ya te habrás dado cuenta soy el jugador número uno y mi intención no es ganar este juego, sin embargo necesito arreglar algo antes de ser asesinado. Para lograr mi cometido quiero que me entregues una dosis de tu vacuna cuando hayas terminado.

Phillips no podía dejar de ver el rostro del adolescente con incredulidad. Era apenas un niño ¿Qué hace alguien como él en este juego maldito?

—Nunca imagine que Satanás eligiera a un niño para este juego. —se coloca de pie una vez más. Sacude la tierra de su pantalón y sus manos —Con respecto a tu petición debo decir que has sido muy útil para mi investigación así que si es todo lo que me pides no tengo ningún problema en aceptar tus términos.

Le fue entregado el fragmento de meteorito de inmediato sin decir más. Ambos se miraron directo a los ojos, estaban seguros que no habría problema con su trato. Se colocó nuevamente la capucha y su máscara. Se alejó del lago de inmediato. Antes de que la figura del enmascarado desapareciera por completo entre los arbustos, Phillips le habló por última vez.

—Gracias por el meteorito. ¿Te llamas Beowulf cierto?

El chico asintió con la cabeza y desapareció entre los arbustos.




Roma, ciudad del Vaticano.

5 de diciembre del 2026. 9:30 pm.

Cien miembros de la organización habían llegado al Vaticano y sus alrededores. En esta misión habían sido seleccionados los más capaces y hábiles. Ellos eran la élite, nunca antes han fallado ninguna misión, su falta de compasión y lealtad a la organización eran impresionantes. Estaban encubiertos por todo el lugar, algunos se habían infiltrado en la guardia especial del Vaticano. Todos estaban preparados para comenzar la operación. Marianne contacta a Ian antes de dar inicio a la misión.

—Mi señor, todos están en sus posiciones ¿Está todo preparado de su lado?

—Casi, la seguridad bajara su guardia exactamente a las diez de la noche cuando sea cambio de turno, tendrán menos de cinco minutos para moverse. Prepárense.

Cortando la comunicación de inmediato Marianne prepara sus armas, esta decidida a no fallar esta vez. Su teléfono suena minutos antes de iniciar. Nuevamente aquel número imposible de rastrear. Contesta de inmediato.

— ¡Maldito bastardo! ¿Qué demonios quieres conmigo? —estaba furiosa, sostenía su teléfono con tanta fuerza que parecía que en cualquier momento se partiría en dos.

—Estas a punto de iniciar el fin del mundo ¿estas segura que harás lo correcto? —ignora la pregunta de la chica. Su tono de voz era diferente a la de antes, parecía preocupado.

—No conoces nada de mí, yo seré fiel a Ian sin importar si sus ideales son lo correcto o no— esta vez decide colgar, evitando de esta manera distraerse de su objetivo.

Están a segundos de iniciar la operación, todos esperan pacientemente la señal de Marianne para iniciar. El teléfono de Marianne suena nuevamente, esta vez era Ian.

—Comiencen con la operación de inmediato. Estaré esperándote en mi habitación como lo planeamos.

Sin perder ni un segundo Marianne se comunica por los intercomunicadores dándoles la señal a todos. No podía esconder la emoción que sentía, esta era una gran oportunidad para demostrarle a su amado lo útil que podría llegar a ser ella.

— ¡Que comience la operación todos conocen que hacer, no me defrauden!

Todos empiezan a moverse deprisa. Del lado sur del lugar los miembros de la organización son vistos por la seguridad del Vaticano tal y como lo habían planeado.  Estaban armados y preparados para disparar. Su plan era distraerlos mientras el lado norte estaba al descubierto. Inician con el fuego disparando a todos los guardias que se interpusieran en su camino. Eran muchos encapuchados disparando e intentando abrirse camino a la iglesia, era inevitable pedir refuerzos para proteger el lugar.

Marianne llega del lado norte sin problema alguno. Dos guardias cuidaban la puerta principal, aún no se han percatado del ataque en el lado sur. La chica les dispara directo a la cabeza en cuestión de segundos con una precisión exacta que no les da oportunidad de correr. El disparo hace un estruendo a los alrededores alertando de esta manera a los miembros de la guardia Suiza.

Llegan en segundos dejándola sin tiempo para correr al interior de la iglesia. La seguridad estaba al máximo en estos momentos, una docena de guardias aparecen frente a ella. Eran demasiados, incluso para ella. Si decidía pelear, su derrota era inminente, eso era muy claro. Toma dos granadas ocultas bajo su ropa, las cuales detona de inmediato lanzando una contra los guardias, la otra es detonada justo en la puerta del lugar dejándola pasar de inmediato. Ambas explosiones hacen estremecer el lugar. Marianne comprendía que había llamado la atención de todos, convirtiéndola en el centro de atención del lugar. No tardarían en llegar a ella.

La puerta está abierta, había cumplido con su parte del plan. Más personas de la guardia suiza y la seguridad del Vaticano aparecen frente a ella. Todos le apuntan pidiéndole bajar sus armas. La chica parecía divertirse.

— ¡Oh, vamos! Enserio son muy ingenuos. ¡Soy la líder de esta operación y no permitiré que arruinen esto!

 Miembros de la organización aparecen detrás de ella. El deber de Marianne era abrir la puerta para que entraran los demás.

Los disparos inician por parte de la organización, distrayendo de esta manera a la guardia Suiza. Estaban tan ocupados protegiéndose de los disparos que se habían olvidado de la chica. Avanzó sin ninguna dificultad por una puerta que se encontraba al fondo del pasillo.  Tenía claro que alejarse de los disparos no le garantizaba su seguridad, pero su deber en esta misión era cuidar de su amado. Continúo avanzando precavidamente a la recamara donde era esperada. En su camino encontró miembros de seguridad del Vaticano, estaban por todos lados vigilando las habitaciones del lugar. Si luchaba contra ellos solo llamaría la atención de más personas y en cuestión de segundos estaría rodeada. Aún le quedaban tres granadas y una de ellas era una granada de luz, la cual uso para cegarlos temporalmente. En medio de la confusión corrió hacia la habitación de Ian.  

Justamente como era de esperarse frente la habitación donde se encontraba Ian estaban dos guardias protegiendo la zona. Ellos no tenían la menor idea de que la persona que intentaban proteger en este momento era en realidad su mayor problema.

Marianne no podía malgastar más balas y tampoco usaría las últimas dos granadas que aún tenia. Debía cuidar muy bien sus municiones, después de todo las necesitaría cuando este junto a Ian. No tuvo más opción que enfrentarlos cuerpo a cuerpo. Corre hacia ellos dejándose ver de inmediato por los guardias. Empiezan a dispararle sin pensarlo, era muy claro que en este momento no pensarían dos veces en matar a los intrusos. La chica era muy ágil, tenia entrenamiento previo para momentos como este, las balas eran fácilmente esquivadas, era sorprendente ver como se acercaba sin recibir ningún rasguño.

—Lo siento por lo que hare, pero considérense afortunados. Acabare con ustedes rápidamente para evitarles el sufrimiento— estaba sonriendo, esto hacia ver más espeluznante a la chica.

Llega frente a ellos de inmediato dejándolos sin tiempo para cambiar el cartucho vació de sus armas. Los sorprende con un golpe de codo justo en el abdomen de ambos, dejándolos sin aliento por unos segundos. —Agradezcan que son dignos de misericordia, malgastare dos balas en ustedes, los veré en el infierno. —Coloca la punta del arma en la boca de uno de ellos mientras gira su cuerpo rápidamente dándole una patada al otro guardia haciéndolo caer. Hala el gatillo del arma haciendo un agujero en la cabeza del hombre. El guardia que aún seguía con vida se levanta de inmediato tomándola desprevenida. La golpea en el rostro haciéndola retroceder por el  impacto. Se acerca a la chica antes que ella pudiera volver en si. Le apunta con el arma entre los ojos.

— ¡Tira tu arma, asesina!

Con una sonrisa en el rostro Marianne tira su arma levantando lentamente sus manos. Escupe el rostro del guardia haciendo retroceder unos pocos centímetros para limpiarse la saliva. Dispara contra la chica la última bala que tenia. En un movimiento impresionantemente rápido esquiva la bala, golpea la garganta del guardia haciéndolo tirar su arma. Toma nuevamente aquella arma que había tirado antes de escupirle al rostro. Los papeles dan un giro inesperado, ahora ella apuntaba entre los ojos al guardia.

— ¿Cómo te atreves a invadir y asesinar en este lugar sagrado? No mereces el perdón. Te iras directo al infierno.

—No es que realmente me importe. El infierno me parece perfecto para alguien como yo— el rostro de la chica parecía sin vida, era como ver un muerto caminando. No había luz en sus ojos, había perdido la cordura.

Dispara sin titubear. Corre hacia la habitación de Ian pasando por los cadáveres y el charco de sangre de aquellas personas que asesino sin piedad.

Entra a la habitación, ahí estaba él, sentado en la orilla de la cama esperando pacientemente la llegada de la chica. Escucha la puerta abrirse y de inmediato gira para observar a Marianne vestida con un traje negro, cubierta de sangre y una mirada llena de miedo… no, esto definitivamente no era miedo.

—Te tardaste mucho ¿Qué estabas haciendo?

Inclinándose sobre su pierna izquierda y susurrando le responde.

—Lo lamento amo, hay mucha seguridad en el interior y me han retrasado, aceptare mi castigo correspondiente cuando termine la misión— definitivamente actuaba diferente, no había emoción en su rostro.

—No hay tiempo para eso debemos apresurarnos antes que huya el Papa por el pasadizo secreto— levanta a la chica del piso y ambos corren por el pasillo.

Corrieron lo más veloz que les fue posible. Se dirigieron hacia la habitación del Papa antes de que fuera evacuado junto con los demás. Los disparos que había hecho Marianne habían obligado a evacuar al Papa por el pasadizo secreto.

Al fondo del pasillo se escucharon muchos pasos acercándose hacia donde estaba la pareja. Ian la toma de la mano fuertemente mientras corrían de frente hacia la dirección de donde provenían aquellos pasos. Marianne estaba determinada a no detenerse ya que esta era la única oportunidad que tendrían para acercarse al Papa sin poner al descubierto a Ian. Los guardias estaban frente a ellos. La chica coloca su brazo alrededor del cuello del camarlengo intentando hacerles creer que lo tenía como rehén. Todos la apuntan con sus armas, intenta parecer más realista y apunta a la cabeza de Ian.

—Bajen sus armas o el camarlengo muere.

Los guardias no querían arriesgar la vida de un religioso e hicieron caso a la orden de la chica dejando caer sus armas al piso, ella le susurró al oído. Estaba desesperada por terminar con la masacre de una buena vez.

— ¿Amo, podría usar el poder del anillo sobre ellos?

Con una sonrisa en el rostro y también susurrando para evitar ser escuchado por los demás le contesta sin preocupación alguna.

—Será divertido observar cómo te las ingenias para salir viva de esta. Yo no te enseñe a ser una cobarde.

—No puedo, no soportare un segundo más toda esta sangre— era tenebroso verla, estaba aterrada.

—Desperdicie tiempo contigo, ¿acaso no prometiste arriesgar tu vida por mí si fuera necesario?

Teniendo en cuenta que por esta vez ella estaba sola en esto, dejo libre a Ian. Ella miró fijamente los ojos de su amado, después de todo él tenia razón, hace un año atrás prometió seguirlo sin importar si su vida estuviera en peligro. Corrió directo hacia los guardias y con aquella arma plateada que siempre llevaba consigo pero que por algún motivo jamás usaba,  comenzó a disparar. Los guardias trataron de recoger sus armas del piso, lamentablemente no todos tuvieron suerte. Marianne disparaba sin error alguno directo a sus cabezas y corazones. Logró tomar del piso otra arma, haciéndola más peligrosa para todos los demás. Eran demasiados para que ella sola lograra asesinarlos sin causar gran alboroto. No podía llamar la atención de más personas en este momento, tenia que dejar el camino libre para que Ian pasara sin problema alguno. Tras varios minutos luchando contra ellos, todo estaba llegando a su final. Disparó su ultima bala dejándola desarmada contra ellos. No tuvo opción más que seguir luchando cuerpo a cuerpo.

—Perdóneme amo al parecer no podre acompañarlo hasta la habitación, tendrá pocos minutos antes de que lleguen más guardias, no tengo más opción. Gracias por este año que usted me regalo— una lágrima bajo por las mejilla de la chica, había decidido su destino.

Rasgo su camisa mostrando las granadas que aun escondía, junto con una bomba atada a su cuerpo. Todos intentaron no ser alcanzados por la explosión. Marianne presiono el control remoto he hizo explotar la dinamita llevándose consigo parte de la iglesia. El camarlengo se tiró al piso de inmediato e intentando no ser asesinado usa el anillo demoniaco contra los guardias.

— ¡Rápido, defiéndanme con su cuerpo para evitar que muera!

El anillo comenzó a brillar, los guardias corrieron hacia él haciendo un muro para evitar que la explosión lo lastimara. Una cuarta parte de la construcción se vino abajo muchas personas de ambos bandos murieron y otros acabaron lastimados. Milagrosamente Ian logró sobrevivir con heridas menores. Los guardias restantes se colocaron sobre él para defenderlo cuando el muro cayera.

Se levanto de inmediato quitándose de encima a todos los guardias, no tenia tiempo de lamentaciones, el plan continuaba activo. Corrió hacia la habitación del Papa.

—Jamás pensé que tuviera tanto valor como para cumplir su promesa, me caía bien— una sonrisa se dibujó en su rostro.

Logra llegar a la habitación. Abre la puerta de inmediato, encuentra más guardias apuntándole, en el fondo se encontraba su objetivo. Después de identificarlo bajan sus armas ante el camarlengo. El Papa mostraba alivio por verlo vivo.

—Me alegro que seas tú Ian ¿Cómo has podido sobrevivir? Debemos marcharnos rápido y encontrarnos con los demás.

No podía ser más ventajoso, los altos mandos de la iglesia estaban todos reunidos en el mismo lugar. Es una oportunidad perfecta para acabar con el plan de inmediato. Todos temblaban a excepción del Papa que mantenía la calma, estaba seguro que Dios no los abandonaría en momentos como este.
Ian mantenía su papel de inocente mostrando temor ante todos ellos. Se acerca lentamente al representante de Dios.

— ¿Conoce quién está detrás de todo esto? —Era realmente bueno, parecía estar aterrado, su cuerpo temblaba.

Con voz serena y llena de calidez como si intentara tranquilizarlo responde el Papa.

—No estoy seguro de quien sea pero no tienen la culpa de todo esto, después de todo solo son víctimas de la circunstancias. Estoy consciente de que la iglesia ha defraudado a muchas personas. He defraudado a muchas personas y ahora estoy pagando las consecuencias.

Tratando de no llamar la atención toma lentamente el arma que tenía oculta bajo su camisa. Estaba frente al Papa, nadie sospechaba de él. Los demás religiosos ya estaban en el pasadizo secreto intentando huir. Los guardias se habían confiado, dándole la oportunidad perfecta para actuar. Ian rodea el cuello del Papa con su brazo derecho y apuntándolo con el arma con su mano izquierda. Los guardias de inmediato le apuntaron nuevamente, nadie podría creer lo que estaba sucediendo en estos momentos. Una vez más uso el poder del anillo para deshacerse de todos ellos.

— ¡Bajen sus armas! Son una verdadera molestia, Diríjanse donde se encuentran escondidos los demás religiosos y asesínenlos sin dejar a nadie con vida, luego dispárense en la cabeza, malditas ratas.

Los guardias fueron obligados de inmediato por el anillo. Se dirigieron al escondite para cumplir con las órdenes del camarlengo. El Papa se mantenía sereno, no parecía temer, alejó lentamente el arma de su rostro.

—Hijo baja el arma, no ganaras nada con asesinarme tú eres mejor que esto. Yo estoy seguro que no hay maldad en ti.

— ¡Cállate! Tú no conoces nada de mí, no tienes idea de todo lo que ganare si acabo contigo en este instante— aquellas palabras habían molestado al camarlengo, desquito su furia golpeándolo con la parte trasera del arma.

—Te ganaras el infierno si continúas con esto, aún puedes ser salvado.

— ¿El infierno? —comenzó a reírse, era hilarante todas aquellas palabras —He visto el infierno con mis propios ojos y he hecho un pacto con el mismo señor de las tinieblas.

Dejó sin palabras al Papa, había creído cada palabra que salió de su boca, estaba seguro de que había hecho el pacto y su alma estaba perdida. Lo miró por última vez a los ojos y con un tono de voz relajado dirige sus últimas palabras a su asesino.

—Si ya has tomado tu decisión no hay nada más que pueda hacer, sin embargo quiero que entiendas que te perdono todo lo que vayas a hacer ahora y después de mi muerte, recuerda que si te arrepientes de corazón serás perdonado.

Aquellas palabras no parecían afectarle en lo más mínimo al camarlengo. Se escucharon disparos seguidos de gritos en el pasadizo. El anillo había cumplido su deber y los religiosos habían sido asesinados, solo faltaba el Papa para finalizar el plan. El camarlengo no quiso esperar ni un segundo más, disparó contra el representante de Dios directo al corazón haciéndolo morir desangrado y en cuestión de segundos. El cuerpo cae al piso de inmediato dejándole satisfacción a Ian. Su plan había sido un éxito, no podía creer que por fin había terminado todo, estaba a un paso de cumplir su meta, ganar este juego maldito.

—Por fin termino todo. Valieron la pena todos esos peones que sacrifique.

Todos los miembros de la organización que aún seguían con vida iniciaron con la retirada antes que llegaran más refuerzos, dejando atrás a su líder. Debía mantenerse en el lugar para evitar sospechas.



6 de diciembre del 2026. 7:00 am.

El mundo despierta con una noticia impactante, el Vaticano ha sido destruido encontrando los cadáveres de todos los líderes religiosos sin vida, a excepción del camarlengo y algunos guardias que sufrían heridas de gravedad.

Todo el mundo se consume en temor. Las personas con el suficiente recurso económico viajan de inmediato al Vaticano para rezar por el rumbo que está tomando el mundo. Muchas personas intentaban mantener su fé viva. El camarlengo seguía vivo, esto era una señal positiva para muchos. Se encontró con heridas graves, sin embargo fue llevado rápidamente al hospital con la mayor seguridad posible, por todo el mundo se esparce la idea de hacer del camarlengo el nuevo Papa. El mundo reza por su recuperación inmediata. Estaban seguros que su supervivencia era una señal de Dios para mantener la calma.



9 de diciembre del 2026. 9:00 am

Después de casi tres días en el hospital Ian abre los ojos. Su plan había resultado perfecto, antes de ser encontrado se había lastimado gravemente para hacer creíble su inocencia.  Frente a su cama se encontraba un hombre con barba y traje negro. Parecía feliz por el despertar del camarlengo. Le entrega un sobre de inmediato sin decir ninguna palabra.

— ¿Qué esto? No entiendo— toma el sobre sin hacer esperar al hombre. Lo abre lo más rápido posible que su cuerpo lastimado lo deja moverse.

El hombre hace una reverencia. Ian comienza con la lectura de la carta que se encontraba dentro del sobre.

Se le comunica por este medio que por ser el único miembro sobreviviente del ataque al Vaticano, y gracias al los feligreses en todo el mundo que lo han aclamado, usted ha sido elegido para ser el nuevo Papa ignorando las leyes de elección. Estamos en un momento muy crítico para la iglesia.

El hombre continúo con la reverencia. Trato de asegurarle la legitimidad de la carta.

—Lamentamos que sea una carta informal pero en estos momentos de crisis no podemos perder más tiempo con detalles pequeños, sin embargo para comprobar su autenticidad tiene el sello legítimo de la iglesia católica.

—Estoy muy honrado de que me hayan elegido. Prometo no defraudarlos y guiar a la iglesia por el mejor camino en estos momentos de angustia— era imposible ocultar aquella sonrisa, su plan había funcionado a la perfección.

El hombre sale de inmediato del cuarto. Ian toma el celular que se encontraba en la mesita a la par de su cama. Aquel hombre lo había dejado en caso de una emergencia o cualquier duda que tuviera. Se contacta con la organización, no antes de asegurarse que nadie lo escuchara.

— ¿Encontraron lo que les pedí?

— ¡Es un milagro, mi señor! La hemos encontrado con vida, no existe lógica para esto, ella esta entera, ha perdido por completo sus brazos y piernas, pero ella esta viva.

— ¿Qué demonios estás hablando? Es imposible que siga entera, la dinamita estaba por todo su cuerpo, debió haber explotado en pedazos.

—No miento, en estos momentos ella esta recibiendo la ayuda necesaria para seguir viva. Continua inconsciente pero vivirá.

 No puede creer la noticia, parecía mentira. El celular cae al piso por la impactante noticia. ¿Esto era lo que todo el mundo llama milagro? No, esto debe ser obra de Satán. ¿Cómo Dios podría estar de su lado? Después de todo lo que ha hecho era definitivo que no era obra divina.




Bosque de Hoia Baciu. Rumanía.

11 de diciembre del 2026. 4:00 pm.

En el laboratorio continuaban con las pruebas para crear la vacuna regeneradora sin perder las esperanzas. Han pasado muchos días desde que el fragmento de meteorito llegó a las manos de Phillips y aún no han podido perfeccionarlo.  Anthony comenzaba a perder la fé, estaba cansado de tantos fracasos.

— ¿Aún crees poder completar la vacuna? Me llene de esperanza al ver ese fragmento de meteorito pero aún no esta perfeccionada. ¿Seguro que esto es lo que nos faltaba para completarla?

Phillips le contesta molesto. En su rostro se observaban ojeras, cansancio, y al igual que Anthony, mostraba desilusión.

—Para ser sincero ya no estoy muy seguro de esto. He decido que esta será la última prueba que haremos, si no logramos que funcione esta vez, me daré por vencido.

Ambos asienten, parecían decididos a cumplir su palabra. Comienzan con la última prueba. La maquina comenzó unir el ADN con el gen extraño encontrado en el meteorito y el ADN de Anthony. La máquina se lleno de una luz azul centelleante que cegó por pocos segundos a los jugadores.

— ¿Qué ha sido todo eso? ¿Lo hemos logrado? —Una ligera sonrisa se dibujo en el rostro de Anthony, todo indicaba que esta vez lo habían logrado.

Phillips se acerca a la máquina lentamente teniendo mucho cuidado. Tomó unos guantes protectores que se encontraban sobre una de las mesas metálicas. Toma con cuidado el contenedor de la máquina que en su interior almacenaba un extraño y viscoso líquido de color azul. Esta era la primera vez que veían dicho liquido. Ningún resultado en los experimentos anteriores era igual a esto.

— ¡Lo hemos conseguido! Después de tanto tiempo invertido hemos logrado hacer la vacuna regenerativa. —Phillips no podía dejar de sonreír, lo había conseguido, ahora podría salvar al mundo.
Mientras ambos celebraban su éxito el ruido de las hojas fuera de la cueva alarma a los jugadores. Se escuchan pasos caminar lentamente hacia ellos.

— ¿Quién anda ahí? ¡Muéstrate! —Anthony toma su arma preparándose para disparar.

—Felicidades por la creación de su vacuna. Tranquilos, no vengo a pelear, he venido por mi parte del trato. ¿Lo recuerdas Phillips? —Beowulf aparece de entre las sombras, aún tenia puesta la máscara y la capucha.

Anthony estaba furioso al verlo, dispara contra el encapuchado. En un movimiento imposible de seguir con la vista Beowulf desaparece de la trayectoria de la bala. Nadie lo vio llegar hasta Anthony, era como si hubiera desaparecido por unos instantes. Una espada de color plateado, una empuñadura dorada y un guardamano en forma de dos alas apareció en su mano derecha. Cortó a la mitad el arma de Anthony, de inmediato la espada desaparece.

Tratando de evitar la pelea entre los jugadores, Phillips llena una pequeña jeringa con el líquido azul entregándoselo de inmediato a Beowulf.

—Aquí tienes, esto será más que suficiente para una persona. Puedes irte no quiero que destrocen el laboratorio con una tonta pelea. —Phillips mira molesto a Beowulf mientras se coloca entre medio de ambos, tranquilizándolos de esta manera.

—Gracias por ser hombre de palabra. —toma la dosis de la vacuna regenerativa y se marcha del lugar dejando sin palabras al jugador dos que aún no creía lo que acababa de suceder.





Hospital de nueva york. Estados Unidos.

15 de diciembre del 2026. 6:55 pm.

Hoy en día los hospitales han tomado el papel de hogares temporales para muchas personas que han sido devastadas por las catástrofes semi—apocalípticos. Se llevaron consigo millones de fallecidos, familiares, amigos. Han dejado huérfanos a miles de niños que aún no se explican lo ocurrido. En el hospital se encontraba una joven, cabello castaño claro, ojos color miel, piel blanca como la nieve. Había perdido una de sus piernas en un accidente, al parecer no tenía familia, ni un hogar, ella como muchos más lo perdió todo.

El día casi acaba, la joven se preparaba para la cena. La catástrofe la ha dejado sin hogar al cual regresar, la fortuna familiar desapareció junto con sus padres. Ha vivido en el hospital casi tres años gracias a que su padre fue un generoso y muy amable donador. Ayudó a que el hospital creciera con sus contribuciones económicas.

En el rostro de la joven se observaba desesperanza combinada con ira. No era una ira común, era algo que solo se obtiene si es guardada durante años. En segundos había perdido todo.

La puerta de su habitación se abre de inmediato. Era extraño, aún no es momento para que llegara la enfermera, y no tenía amigos los cuales podrían visitarla. Se escuchan pasos avanzar lentamente hacia la joven. Un encapuchado aparece detrás de ella con una espada extraña en su mano. Era Beowulf sin lugar a duda. Asustada intenta gritar, sin embargo el miedo le impedía hacerlo.

La toma por la espalda, sin decir alguna palabra. La espada desaparece en un destello de color dorado. Toma la jeringa e inyecta su brazo de inmediato. El cuerpo de la joven comienza a emitir una luz de color azul, un grito de dolor escapa de ella. La pierna comienza a crecer nuevamente. Fue arriesgado inyectarla sin asegurarse que funcionaria, sin embargo por esta vez había funcionado, tardo un par de minutos terminar de regenerarse la pierna, pero no había ninguna mal formación. Era perfecta como si jamás se hubieran amputado, el Dr. Phillips era un genio.

La pierna se había regenerado nuevamente, la joven estaba sin palabras, era un milagro, se tocó la pierna durante unos minutos intentando asegurarse que no fuera un sueño de mal gusto. Por primera vez durante tanto tiempo estaba feliz. Dio un salto hacia Beowulf, lo abrazo fuertemente y haciendo a un lado la máscara, lo suficiente para mostrar su mejilla, le regala un beso, un beso inocente como si fuera una princesa entregándole las gracias a su caballero. El encapuchado la alejó rápidamente.

—No tienes que agradecerme nada. Yo solo cumplí con la promesa que te hice tiempo atrás.

Las palabras de Beowulf la confunden, de inmediato le quita la capucha y la máscara dejando al descubierto su rostro.

—Lo siento, no se quien eres, sin embargo tienes algo familiar en tu rostro. ¿Por qué no puedo recordar quien eres?

Ya esperaba la reacción de la chica, sonríe cálidamente sin dejar de mirarla a los ojos. Deseaba que pudiera ver que no mentía.

—Mi nombre es Beowulf Crow, talvez ya no me recuerdes, pero yo te recuerdo. Te conozco desde que éramos niños, conozco tu edad, tu nombre, las cosas que amas y odias. Se podría decir que en un momento de nuestras vidas fuimos hermanos.

Era imposible creer las palabras de un extraño que aparece frente a ella diciendo todas esas tonterías, sin embargo el había realizado un milagro en ella. Merecía el beneficio de la duda.

—Dime todo lo que crees conocer de mí. Solo así podré creerte.

—Tu nombre es Nathalia Roselyne Williams. Tenemos la misma edad, diecinueve años. Amas ayudar a las personas, odias ser ayudada por los demás porque sientes que eres una carga innecesaria. Quizás no lo recuerdes en este momento pero amaste a una persona con tanta intensidad que no te importó dar tu vida por él.

Se detuvo sin decir más, la chica estaba callada. En su mirada se observaba lo sorprendida que estaba, era imposible que ella hubiera olvidado el rostro del joven frente a ella. Todo lo que había dicho con excepción de lo último era completamente cierto.

—Enserio me conociste, conoces muchas cosas de mí, sin embargo ¿Por qué no puedo recordarte?
Se colocó nuevamente la capucha. La espada apareció nuevamente en su mano.

—Todo lo que te he dicho es correcto, quizás no recuerdes lo último, pero es real. —la miró por última vez antes de colocarse la máscara.

— ¿Cómo olvidaría algo tan importante? Si en verdad lo ame tanto, ¿Por qué no lo recuerdo?

—Porque has sido obligada a olvidarle.

Impactada por las palabras de Beowulf guarda silencio. La espada empieza a destellar, sin embargo antes de marcharse le arroja a sus manos un anillo plateado que tenia una inscripción que decía: "Luz en la oscuridad"

—Me pidieron de favor que te entregara este anillo, no tengo idea de porque desean que lo conserves, sin embargo me dijeron que pronto lo necesitaras. Cuídate Nathy. —Con una sonrisa en su rostro desaparece de la habitación.


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