Promotion Game 08 | Reinicio

Hola lectores, soy yo, MMBelial con el octavo episodio de PROMOTION GAME, un paseo por las dudas existenciales.

Promotion 08: Reinicio.

Parte 1

<<¿Dónde estoy? Estoy ciego, sordo, mudo... No siento aromas ni texturas. Mi rostro se siente raro desde hace mucho, diría que años... ¿Meses? Solo hay oscuridad. Una vez fui Segismundo, Segismundo Cortés. Vivía en una casa de dos pisos, con una escalera tras la puerta. Tenía una hermana, Helena, ella es alta e inteligente. Siempre me ha parecido una chica fastidiosa. Ella estaba en el club de atletismo y tambien en el de debate, era la presidenta... Cuando estaba en cuarto año tuvo la locura de buscarme novia, me presentó a chicas de su clase, muy desemvueltas o con piernas de hierro, pero creo que una novia me pondría muy intranquilo y la vida es muy corta como para pasarla de problema en problema... Helena... ¿Puedes oir mi voz? Grito pero no puedo oirme... No siento el aire ni agua, ni la humedad de mi saliva.. ¿Pero estoy vivo? En estos mil años de oscuridad he tenido mucho en que pensar... Pero no puedo recordar bien algunas cosas... Ese color rojo sangre me viene a la mente... Cuando lo recuerdo siento calidez en mi boca... Creo solo por eso no me he vuelto loco ¿Acaso estoy muerto? Agrat... Recuerdo ese sonido y un espacio completamente blanco... Oh, si, una chica me besó en el bulevar, y luego platiqué con mi amigo ¿Era mi amigo? ... ¿Por qué todo se sacude? Oh... Siento movimiento, ya había olvidado como se sentía... Y eso es ¿Luz? ¿Qué sucede?>>

...

Uuuuagh
Segismundo se despertó en una cama, con un respirador y agujas en sus brazos... Sentía miedo y estres... La luz quemaba sus ojos y su corazón pateaba con fuerza.
Blat.
Helena, perpleja, soltaba una charola de lata, sus ojos temblaban mientras veía a su hermano inhalar de forma ruidosa.
—Segismundo...
Corrió a abrazarlo. Lo tomó en sus brazos e intentó tranquilizarlo.
Cuando el pulso cardiaco del muchacho menguó, Helena se sentó a acariciarle la cabeza, mientras su mareado hermano se recostaba otra vez en la camilla.
La puerta de la sala se abrió, por entre las cortinas apareció una esbelta peliroja... Sus ojos humedos e hinchados eran signo de un llanto previo.
—Mi amor...
Dijo, acercándose a él sutilmente, de forma muy suave y natural besó su boca, de forma muy romántica, nulamente obscena.

Segismundo, sumido en la confusión entró en somnolencia.

***

Después de unas horas un médico revisaba a Segismundo de cabeza a pies.
—Muchacho, no te encuentro nada malo... Es... increíble, estás en mejor forma que yo ... De todos modos te quedarás aquí en observación.

—¿Qué me pasó doctor?

El médico se puso de pie y le dio palmadas en la espalda.
—Como te encuentras bien puedo decirtelo sin ningún problema, pero igual tómatelo con calma... Uffff... Según tu expediente tuviste una concusión... Te caiste por un acantilado pero no te rompiste nada importante... Solo que tu cerebro se sacudió mucho y tú quedaste en coma...

—¡Qué! ¡Por cuanto!

—Tranquilo campeón, tu cabeza aún está sensible... Solo fueron nueve días... Hay que reactivar tu sistema digestivo y tus musculos así que aún no firmaré tu alta.

—Está bien doctor, muchas gracias— dijo incómodo.


—Correcto. Ya puedes vestirte... Por cierto— vio la marca de su hombro— es un tatuaje exótico... ¿A tú novia le gustan esa clase de cosas? — sonrió y salió de cubículo.

<<¿Novia?>> Pensó Segismundo. Por la puerta entraba Helena y su madre, ambas muy sonrientes.

***

Luego de un rato de mimos y llantos Helena hizo un comentario.
—Saliste de un coma... Y no te rompiste nada. Es un milagro, y yo pidiéndole a Dios que quite esa chica de tu camino— sacó la lengua— soy la peor. Mañana iré a la parroquia a dar gracias por tí y pedir bendiciones.

—¿Cuál chica?— se preguntó Segismundo. Su madre lo miró preocupada y Helena bajó la mirada.

La puerta se abrió y apareció esa mujer, la chica pálida de un par de décadas, con una mano en el pecho y las mejillas coloradas. La madre de Segismundo se puso de pie y sonrió (con esa sonrisa hipócrita típica de las madres disgustadas). Agrat sonrie y estrecha manos con ella. La señora sale sin decir más, luego Helena le entrecierra los ojos y juntan sus manos.

—Hola Ágata, que bueno que llegaste para la visita— le dijo Helena, con una confianza excesiva. —Ya vas enterandote como es mamá, por favor no lo tomes a mal.
—Es natural que le incomode tratándose de un chico tan lindo.
—Oye— infló sus mejillas. —Soy su hermana, guarda tus elogios. Intenta no alterarlo mucho, despertó hace poco— le susurró.
—Ok, ok— dijo muy interesada, con complicidad en el rostro.
—Segismundo, ya me iré a casa, Ágata se quedará contigo hasta el fin de la hora de visita—decía Helena, marchandose. La cara de Segismundo era una maraña de vergüenza e incomodidad.
Ya en la soledad Agrat volvió a sonreir. Su falda corta era negra y su sudadera blanca ... Estos colores hacian resaltar su rojizo cabello largo. Se acerco a la cama y se subió encima, mirando desde arriba al muchacho que buscaba sus gafas en la mesa de noche.
—Hola.
—Agrat...
Su vista tremolaba entre los lazos rojos que caian. Ese cuerpo tan esbelto, tan ajeno a este mundo.
—Me llamaste mi amor frente a mi hermana.
—Y te besé...
—Es extraño...
—¿Qué? Yo pagué tus gastos médicos, no te preocupes.
—No. Ese beso que me diste en el bulevar ... Por un segundo yo pude ver...
—Yo tambien lo sentí, humano, tuve que huir... Pero no podía simplemente salir volando o transportarme.
—Agrat... Yo ¿Me caí? Solo recuerdo sentirte pegada a mí... Miedo ... Recuerdo perfectamente el motivo por el cual nos conocemos, pero solo no sé que sucedió... A este paso los otros demonios...
—Basta—, interrumpió, deslizó los brazos y se recosto en él. —Me ordenaron sumergirte en la oscuridad y tuve que hacerlo. Disculpame, si te lo decía te ibas a negar...— presionó su cuerpo con fuerza.
—Me siento muy cansado como para enojarme contigo...—Su voz carecía de fuerza aunque su cara comenzó a ruborizarse. — Pero si fue una orden supongo que está bien, el médico dijo que mi cuerpo está en perfecta salud, solo debe reacostumbrarse a la actividad.
—Yo hice lo posible para qué no te lastimes, y me tomé una hora para decidir con qué ropa venir. He leído mucho sobre las sociedades humanas y hay muchos protocolos interesantes. Durante el Promotion Game quiero tenerte contento en lo posible.
—¿Por qué mamá está enojada contigo?
—El día que te tiré por el acantilado llamé a tu casa desde mi teléfono movil luego de llamar a una ambulancia. En el hospital le dije a tu madre que eres mi pareja y que ocurrió un accidente... Ella me dio una bofetada pero actúe tal y como se supone un humano debe hacerlo. Ella cree que un sujeto como tu apenas deberia cortejar hembras proximas a su edad...
—Agrat, estamos metidos en otro Lío... ¿Quieres que te llame Ágata o algo así?
—Solo en público...
Segismundo comenzó a toser.
—Oye ¿Por qué tenía que caer en coma?
Agrat levantó su cabeza sonriendo.
—Cuentame tu experiencia ...
Segismundo evocó sus recuerdos.
—Fue muy extraño. Es como meter mi cerebro en una caja negra... Yo, estoy seguro que estuve ahí mucho tiempo... Pero fueron unos días...
Agrat sonreía con todo el rostro, asintiendo con la cara.
—Mientras estuve ahí extrañé mi cuerpo... Correr, sentir... Solo podía pensar y recordar poco a poco, hasta que pude recordar cosas que ya había olvidado, como donde perdí mis gafas redondas o fórmulas matemáticas que solo vi y no intenté memorizar... Solo me arrepentía de... Bueno, creí que estaba muerto ... Me arrepentí de no...
La puerta se abrió y una enfermera ya mayor entró a la habitación. La mujer, al ver a la chica recostada sobre el paciente regaño indignada.
—¡Chiquilla! ¡Esto es un hospital! ¡Baje de ahí que este paciente aun no está del todo bien!
Agrat se aferró más fuerte, afilando sus cejas contra la enfermera.
—A-amor— dijo apenado Segismundo, Agrat volvió su cabeza con una mirada de sorpresa. —Baja ya... Obedece ...
Agrat se bajó y tomó asiento con la cara roja, juntando los pies en direcciones cruzadas. La enfermera regaño a la peliroja mientras ella bajaba la cabeza, cuando terminó salió dejando claro que las visitas terminaban en diez minutos.
—Tú no me dijiste si te gusta mi ropa. Se supone debes hacer un comentario sobre como me veo.
—Agrat, no es necesario actuar si nadie nos ve.
Agrat se paró firme y entrecerró la vista. Acomodando su cabello el demonio se dispuso a marcharse.
—Nos vemos, humano. Apareceré aquí de una u otra forma si necesito comunicarme contigo...
—Demonio...

Agrat volteó intimidante.

—¿Qué?

—La próxima vez responde por qué me tuviste que hacer esto...
—¿Algo más?

—Sí... ¿Tú estás tratándome así para que yo coopere más fácilmente verdad? No te preocupes por eso, yo te ayudaré, esta marca en mi hombro representa nuestro trato.
Agrat se sorprendió, pero luego soltó un sonrisa.
—¿Qué sentido tendría responder? Chico listo, apenas te das cuenta de tu consciencia... Me largo y... Me alegra no tener que entender como se visten los humanos...

Bam.

Cerró la puerta con fuerza.
<<Mi consciencia ... Sacado tuve que caer en coma para... Lo he captado muy rápido, por eso no me enojé con ella... Mil años para pensar, mil años para reflexionar en la nada... Todo lo que buscan es elevar mi consciencia y ha funcionado... Pude deducir esto en cinco segundos ¿Qué planean para el Promotion Game? Tengo... miedo... pero estoy excitado...
Parte 2
Siento frío... Me duele la espalda... Había olvidado esto del dolor... ¿Así te sentías, abuela? ¿Encerrada en tu propio cuerpo? Mi vista está borrosa, entra poca luz por la ventana y estoy como todos los hombres al despertar... ¿Estoy en un hospital? No suelo beber pero parece que estoy ebrio. Me siento en la cama, hay flores frescas en mi mesa de noche... ¿Mamá? Seguramente pensaste que soy un maldito idiota y aún así me trajiste flores. Estas vendas en mis muñecas... Necesito verme al espejo... He estado muerto por muchos años...
Abro la cortina y salgo al pasadizo... ¿Hu? Una chica de cabello negro con un tatuaje en el hombro me mira raro... Todo está vacío, creo que son las cinco primeras horas del día.
—Oye ¿Qué me ves?— pero no respondió y se dio la vuelta... ¡Oh mi cosa está...! — Lo siento lo siento es temprano y soy un chico ... Esta ropa no oculta mucho...
— ¡Cálleshe!
¿Uh? habla como una niña pequeña.
—Lo siento señorita, acabo de despertar... Lo último que recuerdo es... mi habitación ¿Puede decirme donde está el baño?
—¡Qué tonto!— dijo tapando sus ojos— ¡Es un hospital, todos tienen algo para eso bajo su camilla!
—Oye no seas problemática, fue un accidente y además tenía tela encima...
—¡Qué rayos dices! — volteó a gritarme— ¡Eso es lo que menos quiere ver una chica al despertar en un hospital llena de agujas y...— volvió a verme ahí y volteó enojada. Detesto a las mujeres así...
—Okay problemática...
Bam.
Jaja... Ella se cayó intentando patearme... Es tan gracioso...
—¡Qué rayos haces!
—Te ofrezco mi mano para que te pongas de pie...
Me miró como perro rabioso.
—¡Aleja esa cosa de mí!
—Oigan ustedes...
Volteamos, una enfermera se acercaba firmemente.
—Regresen a sus camas en este instante ... No están aquí de excursión.
—Señorita es que yo acabo de despertar y no sé donde estoy.
La enfermera me miró un momento y prosiguió.
—Ve a tu cama y esperame ahi... Y usted señorita...
—Busco al médico que me atienda, quiero que firme mi alta— decía poniéndose de pie.
—Esa no es tu decisión, ve a tu cama y descansa.

***

Después de un rato de regresar a mi camilla un médico y una psicóloga se me acercaron... El me quitaba los vendajes y me decía sorprendido "es bueno ser joven y sanar tan rápido". La psicóloga me hacía preguntas extrañas (No lo dijo, pero por alguna razón deduzco que ella intenta buscar por qué me “hice esto”).
Luego de la revisión estuve horas en cama, por aburrimiento me puse a pensar en la chica ruda de esta mañana... Ella vio eso... No estoy de humor para chicas ahora, me pregunto si ya llamaron a mamá… No, seguramente ella aparecerá mañana. Estas flores, me recuerdan a las que crecían en el jardín de la abuela ¿Mamá era amiga de la abuela? No tengo recuerdos de ellas dos en una misma escena… Oh, ya es de noche.
Salgo a caminar descalzo por ahí, donde convergen todos los pasillos hay una especie de parque. Me siento en la banca a respirar un poco, me he sentido extraño desde que desperté… ¿Estas marcas en mis muñecas las tendré por siempre?

—Así que ya despertaste.

Era Noaí, muchas moscas se juntaban para formar su pequeño cuerpo.
—Así que ya te dignaste a aparecer— Bel giró la cabeza algo molesta. —Ahora necesito una explicación… No puedo matarte, así que enojarme contigo es inútil…
—Esa noche te lo dije… Estás vivo, yo no quise hacerlo pero la Corte me lo ordenó…

— ¿Con qué motivo?

Bel comenzó a jugar con su cabello, viendo el suelo. Es como si la hubiese regañado… No es una niña humana, tu solo quieres que yo te vea así… ¿Por qué actúas así, pequeña Bel?

—En el momento que decidí meterme con un demonio sabía que estas cosas podían suceder… Pensarás que soy un irresponsable. Si, lo soy, quiero vivir experiencias intensas y agradables, no te culpes por lo que sucedió, si es que los demonios sienten culpa… Yo realmente…
—Es por eso.

— ¿Qué?— dije atento.

—La forma en la que hablas ahora, tan centrada ¿Cuánto crees que estuviste en la oscuridad?

— ¿La oscuridad? Los médicos dijeron que estuve nueve días en coma.
—Te pregunté cuanto tiempo crees que estuviste así.

Me puse a meditar… En ese ¿lugar? Creo que estuve muchos años, sin sentir… Solo mis recuerdos y mis pensamientos ¿Por qué me arrojarían ahí?
—Cuando te sumerges en tus propia conciencia, despiertas, trasciendes… Los demonios somos seres de la oscuridad, no la oscuridad como los humanos la plantean, una oscuridad donde no hay restricciones para el pensamiento. Percibimos el tiempo y la realidad de otra manera, es nuestra naturaleza, así como la suya es buscar la felicidad o como quieran llamar a tener una vida larga y plena. Para este juego era necesario despertar en ti eso, que experimentes por ti mismo estar a solas con tu conciencia, fuera de la realidad. Debemos compartir contra otros demonios, con tu mente humana solo serías un estorbo.

—Jaaaa… Ya veo… Tengo ganas de ahorcarte, Be. Por tu culpa mamá se enojará, tal vez ha llorado mucho por todo esto— le sonreí.
—Esa mirada tuya, puedo sentir que ejerces una mínima presión, definitivamente has cambiado.

Permanecí en silencio un rato. Bel, aunque es un demonio se ve como una chiquilla tranquila, una damita de esas que te hacen pensar en cómo serán tus hijos.
—Bel, quiero hablarte de algo…

—Claro— dijo subiendo la vista. Le hice espacio para que se siente conmigo.
—Escúchame bien, Bel… Nosotros somos socios así que es bueno mantenernos comunicados. ¿Tú puedes cambiar de apariencia? Qué te veas como chiquilla puede causarnos problemas. Te he visto transformarte en moscas, quizá si te transformas en una mujer, ya sabes, apropiada para mí, no tengamos problemas en estar juntos. Y me refiero a que no piensen mal cuando vean a un muchacho y una niña de arriba abajo sin ser familiares.

—No, no, señorito Aldrich. Te lo explicaré. Este mundo, como todo, es una idea gigante. Las ideas son como pequeños engranajes. Dios creo los engranajes y estos encajan perfectamente hasta crear esto. Los demonios, a través de nuestra conciencia proyectamos nuestra existencia en este mundo. Verás, actualmente yo soy una idea mucho más compleja en otro mundo, solo proyecto una idea basal mía aquí para cumplir el PROMOTION GAME ¿Crees que pondríamos algo tan importante en cosas simples como venir y sobornar muchachos? Necesitamos una alta concentración para proyectarnos aquí e interactuar, cambiar de forma me exigiría pensar en la forma que quiero mantener a la vez que interactuó, podría colapsar y desaparecer de aquí por un tiempo.

—Entonces es así de difícil tu situación. Lo siento pequeña Bel, es que mi madre piensa que de alguna manera una niña pequeña quiere hacer cosas… mmm… Inapropiadas conmigo. Eso es ilegal, y la culpa siempre es del mayor. En serio es problemático. Está bien que vayas a casa pera consíguete unos padres o algo, y aprende bien cómo comportarte, si tienes alguna duda yo te ayudaré.
Bel me sonrió. —Está bien señorito Aldrich… Más bien, quería consultar algo ahora.
— ¿Qué sucede?

—La noche que corté tus venas, puede comprender la lógica de tu cuerpo y te abracé hasta que te desmayaras… Entonces paré tu sangrado. Tu madre piensa que quisiste matarte porque pensó que eras un… Ya sabes, no soy idiota, me doy cuenta de mis errores. El punto es que, sentí algo extraño al abrazarte ¿Me dejas intentarlo de nuevo?
— ¿Te refieres a cortarme las venas y abrazarme?
—Eres tan…

Me abrazó fuertemente, cerraba sus pequeños parpados con fuerza, pero luego los relajó. Se quedó así solo un par de segundos, luego se puso de pie y se marchó caminando.


—No sentí nada en especial… —, caminaba y caminaba. —Los humano son tan extraños, limitados en su celda de cinco paredes…—desapreció haciéndose moscas… ¿Qué rayos fue eso? ¿Acaso no lo saben todo sobre nosotros? Esto se pone complicado, espero que de una vez termine este juego… ¿Conciencia he? Una vez un maestro de matemáticas dijo que somos una ecuación, somos una idea… Una idea… Bueno, si somos una idea, quiero ser una idea feliz, aunque ahora me pregunto ¿Existe realmente la felicidad?






Bueno así culmina este episodio. Les dejo un avance del art que estoy desarrollando.



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Acerca de El Tío Gato

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